Tratamientos

David Ruano Gallego, investigador en el Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), y Julia Sánchez Garrido, investigadora en el Imperial College de Londres, coinciden en que los efectores inyectados no actúan individualmente sino cooperando y que la red que forman es resistente y flexible a la vez; si varias piezas fallan, las demás todavía son capaces de hackear a la célula. «Si aprendemos cómo actúa cada conjunto de estas moléculas bacterianas para establecer una infección, diseñaremos tratamientos individualizados».