Diario de León

Biden pone a un latino en migración y a Kerry en el cambio climático

El presidente electo elige a un multilateralista pro europeo para llevar la política exterior

Biden y Kerry durante la campaña de las presidenciales. JIM LO SCALZO

Biden y Kerry durante la campaña de las presidenciales. JIM LO SCALZO

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El presidente electo de EE UU, Joe Biden, anunció ayer que su equipo de seguridad nacional estará encabezado por el cubanoestadounidense Alejandro Mayorkas, quien ya ocupó un cargo en ese grupo durante el Gobierno de Barack Obama (2009-2017).

En un comunicado, Biden aseguró que Mayorkas, quien se desempeñó como subsecretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) entre 2013 y 2016, encabezará esta agencia, que tiene a su cargo asuntos claves como la seguridad fronteriza y la inmigración.

Mayorkas, nacido en La Habana en 1959, fue además director de Servicios de Ciudadanía e Inmigración, una de las dependencias que maneja el DHS.

Según el equipo de transición, durante su gestión en el DHS lideró el desarrollo y la implementación del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (Daca, en inglés), el programa que la Administración de Obama (2009-2017) diseñó para proteger de la deportación a los miles de jóvenes traídos por sus padres indocumentados a Estados Unidos cuando eran niños.

Biden también anunció ayerdos cargos relacionados con la cartera de Exteriores de su futura Administración, el multilaterista Antony Blinken como secretario de Estado, y a Linda Thomas-Greenfield como embajadora ante la ONU. Y designó al exsecretario de Estado John Kerry, como enviado presidencial para el Clima.

Blinken, de 58 años y que suele usar su apodo Tony, es uno de los asesores más cercanos de Biden y ejerció como «número dos» del Departamento de Estado durante los dos últimos años de la presidencia de Barack Obama, entre 2015 y 2017.

La selección de Blinken no es una sorpresa: el suyo era el nombre que sonaba con más fuerza en las quinielas, junto a los de la exasesora de seguridad nacional de la Casa Blanca de Obama Susan Rice, y el senador demócrata Chris Coons. Blinken, que habla un francés fluido y toca la guitarra en sus ratos libres, tendrá la misión de acercar de nuevo el país a sus aliados y foros multilaterales de los que se ha distanciado bajo la Presidencia de Donald Trump.

Mientras, Israel y Arabia Saudí dieron un paso más para fortalecer el eje anti Irán con una reunión entre Benjamín Netanyahu y el príncipe Mohamed bin Salman (MBS) celebrada la noche del domingo en Neom, al noroeste del país, a orillas del mar Rojo y muy cerca de la frontera con Jordania.

Aunque no hubo confirmación oficial e incluso el ministro de Exteriores saudí negó que se hubiera producido, fuentes oficiales confirmaron a ‘The Wall Street Journal’ y ‘Haaretz’ un encuentro que los medios israelíes interpretaron como un mensaje directo a Joe Biden. Netanyahu volvió a hacer historia, esta vez por ser el primer líder israelí en viajar a Arabia Saudí, con el que de momento no se han normalizado relaciones.

Fue una reunión secreta que israelíes y saudíes no hicieron gran esfuerzo por mantener en secreto. Pocas horas después de que el primer ministro compareciera ante los medios para pedir al nuevo presidente de Estados Unidos que no volviera al acuerdo nuclear firmado con la república islámica en 2015, en la época en la que Biden era el número dos de Barack Obama, el avión privado del empresario Ehud ‘Udi’ Angel partió desde Tel Aviv con rumbo a Neom, según la televisión nacional israelí Kan. En su interior viajaban Netanyahu y Yossi Cohen, jefe del Mosad. En Neom les esperaba el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, junto a MBS, el hombre fuerte del reino, que se desplazó hasta allí tras finalizar la cumbre del G20. El avión privado, cuyo rastro se puede seguir de manera pública en la web FlightRadar24.com, retornó al aeropuerto de Ben Gurion cinco horas después.

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