Diario de León

Biden tiñe de azul el nuevo mapa político

Los demócratas se afianzan en sus bastiones tradicionales y arrebatan a Trump feudos históricos que le llevaron a la Casa Blanca hace cuatro años

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Publicado por
Ivia Ugalde
León

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Cuatro años de mandato de Donald Trump han sido suficientes para provocar una completa metamorfosis en el mapa político estadounidense. Joe Biden y su candidata a la vicepresidencia, Kamala Harris, han expandido el color azul más allá de los límites de sus tradicionales feudos demócratas. Grandes bastiones republicanos como los Estados clave de Arizona, Georgia, y preciadas joyas del Cinturón del Oxido como Wisconsin y Michigan se han sacudido el tono rojizo que abrazaron en los comicios de 2016, cuando el discurso populista del actual presidente les encandiló con sus promesas.

Una de las estampas más nítidas del tsunami azul que ha desatado el exvicepresidente de Obama se observa sobre todo en el conocido como 'Rust Belt' o Cinturón del Oxido, una zona industrial venida a menos que decidió depositar hace cuatro años su confianza en Trump, fruto del desencanto de una clase obrera que observaba cómo sus fábricas cerraban y perdían sus empleos al trasladarse los centros de producción a países con mano de obra barata. Ese otrora sólido bastión demócrata que, sin embargo, llevó a la Casa Blanca al magnate republicano por su promesa de devolverles el esplendor de tiempos pasados, le ha dado ahora la espalda tras constatar que sus palabras cayeron en el olvido.

En el Medio Oeste, aunque Trump logró retener a Ohio e Indiana, nada pudo hacer para evitar que los dieciséis votos electorales de Michigan y los diez de Wisconsin fueran a parar al veterano político demócrata, de 77 años. Si bien es cierto que en ambos Estados clave el voto rural siguió siendo para el bando republicano, el verdadero catalizador de la marea azul estuvo en las grandes zonas urbanas, mucho menos homogéneas y con mayor peso electoral. Georgia ha sido también, sin duda, una de las pérdidas más dolorosas para el inquilino de la Casa Blanca ya que desde hace más de dos décadas era un enclave puramente republicano. Solo Bill Clinton logró en 1992 sortear esa impenetrable muralla para hacerse con un triunfo que no había vuelto a repetirse hasta este momento, con Biden. Las claves de su éxito radicaron en la movilización del voto en grandes ciudades como Atlanta, donde solo en la zona metropolitana -la más grande del Estado y con un 51% de población afroamericana- cosechó nada menos que un millón de votos. La increíble respuesta lograda en Georgia, que entregó a los demócratas sus dieciséis votos electorales, fue el fruto de las semillas plantadas por la activista Stacey Abrams, que hace dos años peleó por convertirse en gobernadora por las filas demócratas. Aunque no lo consiguió, obtuvo como recompensa la simpatía de 800.000 personas que decidieron alistarse en el censo y han ejercido por primera vez su derecho al voto, junto a otros tantos afroamericanos que se han sentido ninguneados por el presidente al calor de las protestas raciales y el movimiento 'Black Lives Matter'.

Arizona, al igual que Georgia, fue otro gran hito inesperado para Biden ya que hacerse con sus once votos electorales era lo más parecido a una quimera en un Estado que vota republicano desde 1952, con la única excepción de Bill Clinton en 1996. Pero, ¿qué hizo a este consolidado feudo conservador teñirse de color azul? La respuesta está en el creciente peso de los hispanos, cada vez más interesados por hacerse oír y ofendidos por el discurso xenófobo y las políticas migratorias de Trump. Los mexicanos, el grupo mayoritario de esta comunidad, no le perdonan el muro fronterizo y que les ha etiquetado como "violadores" y "delincuentes".

La venganza en Maricopa Movilizados en el condado de Maricopa (Phoenix), donde se aglutina el 60% del voto de Arizona, los latinos dijeron 'no' a otro mandato de Trump, mientras los hispanos de Florida preservaban el color rojo de 2016. Pero los mexicanos del suroeste no fueron los únicos ofendidos con el mandatario. Los familiares del fallecido senador John McCainn y en especial su viuda, Cindy, lideraron una coalición de republicanos que prefirió votar al partido opositor antes que al suyo propio con tal de desterrarle de la Casa Blanca tras sus desprecios al recordado héroe de la Guerra de Vietnam.

Al todavía presidente también se le escapó en el último momento de las manos Pensilvania, unos de los grandes platos fuertes de la contienda por repartirse en él veinte votos electorales. El Estado natal de Biden, en el que Trump venció hace cuatro años por menos de un punto porcentual, ha dado finalmente su confianza a los demócratas tras un ajustado pulso que se dirimió en el recuento de los votos por correo.

El tándem Biden-Harris, además de afianzarse en feudos demócratas como California, Massachusetts y Nueva York, ha llegado también a recortar la brecha en bastiones como Texas, que llevan grabado el gen republicano en su ADN. Mientras la diferencia de votos pasó del 12% al 9% en las elecciones de 2012 y 2016, el margen se ha estrechado ahora al 6%. Una prueba más de que la marea azul ha recuperado el terreno perdido y se expande con fuerza por la geografía estadounidense.

11/06/19-04/20

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