Diario de León

Bruselas se alinea con EEUU en su política de castigos severos a Rusia

La UE prepara hoy su respuesta a las amenazas rusas en una semana decisiva para Ucrania

La fragata Blas de Lezo zarpa del Arsenal Militar de Ferrol para dirigirse al mar Negro. KIKO DELGADO

La fragata Blas de Lezo zarpa del Arsenal Militar de Ferrol para dirigirse al mar Negro. KIKO DELGADO

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La UE ha prometido mano dura ante las amenazas de Rusia y hoy los Veintisiete escenificarán una posición de firmeza al debatir su respuesta a la escalada de tensiones militares en Ucrania. El encuentro entre los ministros de Exteriores europeos contará además con la participación por videoconferencia del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en una nueva muestra de la estrecha coordinación con Estados Unidos.

La UE ya trabaja en una batería de sanciones económicas y fiscales que, en palabras de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, serán «masivas». Se harían efectivas en el momento en que Moscú amenace la integridad de las fronteras de Ucrania con nuevos movimientos definitivos.

La respuesta, según detalla un alto cargo de la UE, sería «rápida, extremadamente clara y en cuestión de días». Los líderes europeos parecen trabajar en un enfoque gradual de las sanciones y sería diferente frente a ciberataques y provocaciones rusas que en el caso de producirse un escenario de guerra convencional.

El bloque europeo calibraría así las respuestas, estudiando las repercusiones y efectos de las acciones de Rusia. La propuesta se asemeja bastante a la del presidente de EEUU, Joe Biden, que contempla dos estrategias según Moscú ordenase una «incursión menor», que afectaría lógicamente a los territorios prorrusos del Donbass, o una invasión en toda regla de Ucrania. El eje de las intervenciones sería fundamentalmente el aislamiento económico de Rusia.

Aún se desconoce cuáles son los castigos que debate la UE y su elaboración se ha llevado a cabo bajo el máximo hermetismo. La Comisión reitera que se barajan «todas las opciones posibles», pero su objetivo final es que la amenaza de unas restricciones que golpeen con fuerza la economía rusa y afecten a dirigentes del círculo de Putin disuada a éste de seguir con la vía militar y sustituirla por la mesa de diálogo.

En lo fundamental no parecen existir diferencias en el seno de la Unión, que busca reivindicar su papel en el conflicto tras quedar relegada en las negociaciones entre Rusia y EEUU en Ginebra. Los contactos entre los líderes europeos se han multiplicado en las últimas semanas. El canciller alemán, Olaf Scholtz, y el ‘premier’ británico, Boris Johnson, se reunieron esta semana pasada y el jefe de Gobierno español, Pedro Sánchez, ha mantenido conversaciones con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, con el Alto Representante para la Política Exterior, Josep Borrell, y con el secretario general de la Otan, Jens Stoltenberg.

Varios socios comunitarios se inclinan por sacar a Rusia de la red internacional de comunicación bancaria Swift, lo que excluiría a las empresas del país de los flujos de ingresos internacionales. Se trata de un castigo que ya ha barajado Washington y que cortocircuitaría el mercado financiero ruso.

Todo eso tiene sus consecuencias externas: los Veintisiete preparan un programa para hacer frente a las consecuencias económicas que traería cortar o restringir sus relaciones comerciales con Moscú. Con todo, Von der Leyen quiere tranquilizar a los socios y asegura que la alianza comercial «es más importante para Rusia que para Europa».

La principal preocupación europea reside, sin embargo, en asegurar la llegada de gas natural ante posibles cortes de suministro por parte de Moscú. Actualmente, la región occidental del continente importa más de un 40% del gas natural desde Rusia y una tercera parte pasa por Ucrania. Con todo, según informó la agencia Bloomberg, Washington ya estudia la posibilidad de que Qatar asegure el suministro de gas a Europa.

Durante la anexión rusa de Crimea en 2014, Bruselas respondió al Kremlin con sanciones individuales a personas y organizaciones que participaron de forma activa en el conflicto. A día de hoy, 185 personas y 48 entidades siguen en esa lista negra, que tiene congelados sus bienes fuera de Rusia. Además, sobre ellos pesa la prohibición de entrar en la Unión Europea.

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