Diario de León

Detenida la ‘Mata Hari’ del Vaticano por dilapidar en lujos

El cardenal Becciu, fulminado por el Papa, ordenó pagar medio millón a Cecilia Marogna

Cecilia Marogna, detenida por malgastar una fortuna en artículos de lujo, y el cardenal Becciu. CLAUDII PERI

Cecilia Marogna, detenida por malgastar una fortuna en artículos de lujo, y el cardenal Becciu. CLAUDII PERI

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12.000 euros gastados en un sillón de la exclusiva marca Poltrona Frau, 8.000 euros en Channel, 2.200 en Prada y 1.400 en Tod’s. Son algunas de las sospechosas compras en productos y servicios de lujo, por un valor total de casi 200.000 euros recibidos de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, que propiciaron la detención en la noche del martes de Cecilia Marogna.

Esta supuesta experta en seguridad y relaciones internacionales fue arrestada en Milán por la Guardia de Finanzas italiana a petición del Tribunal del Estado pontificio, que había emitido una orden de captura internacional activando así a la Interpol. Ahora le tocará explicar sus polémicos gastos ante la Justicia vaticana, que le acusa de malversación, aunque habrá que esperar a que se complete el procedimiento de extradición, lo que puede demorarse varias semanas.

En las entrevistas concedidas a los medios italianos, Marogna, de 39 años, aseguró que fue contratada por la Secretaría de Estado para que estableciera una red paralela de relaciones diplomáticas que permitiera proteger las nunciaturas apostólicas (embajadas) en África y Oriente Medio. Fue el cardenal Ángelo Becciu, entonces ‘número tres’ de la Secretaría de Estado y de origen sardo como ella, el que le hizo este encargo, ordenando que se le pagara medio millón de euros por esta labor.

En el Vaticano se conocía a Maronga como a la ‘dama’ de Becciu, aunque la mujer ha negado tajantemente las informaciones que la presentaban como la «amante» o la «sobrina» del purpurado, ahora caído en desgracia.

El pasado 24 de septiembre el papa fulminó al prelado sardo, ordenándole que renunciara a sus derechos cardenalicios y a su cargo como prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, por haber perdido la confianza en él. Fue el propio Francisco quien le hizo cardenal en 2018 después de que se pasara siete años como sustituto de la Secretaría de Estado, un puesto clave en el funcionamiento de la Curia romana y desde el que se controlan los fondos reservados del Vaticano.

Becciu está siendo investigado por la Justicia del Estado pontificio, según reconoció él mismo en una rueda de prensa en la que acusó al Papa de estar «mal informado». Se encontraba en el punto de mira por la polémica compra de un edificio en un lujoso barrio de Londres con fondos vaticanos.

Las indagaciones para aclarar las irregularidades cometidas en aquella millonaria operación inmobiliaria habrían propiciado que se destaparan las transferencias a Marogna. Ésta recibía el dinero a través de una sociedad situada en Eslovenia que, como desveló el programa televisivo ‘Le Iene’, aparenta no ser más que una tapadera. 200.000 de los 500.000 euros se habrían gastado en ropa, restaurantes y accesorios de lujo.

«Tal vez el bolso era para la esposa de un amigo nigeriano que podía hablar con el presidente de Burkina Faso», se justificó Marogna al ser preguntada por el Corrriera della Sera sobre estos polémicos gastos. En este mismo diario reconoció que nunca hacía facturas de sus trabajos porque se trataba de «operaciones reservadas».

El encargado de hacerle las transferencias era monseñor Alberto Perlasca, por entonces responsable de la oficina administrativa de la Secretaría de Estado y que está ahora cooperando con la Justicia vaticana. Junto a Perlasca también están siendo investigados otros cuatro colaboradores de Becciu cuando era sustituto de la Secretaría de Estado, así como el antiguo director de la Autoridad de Información Financiera del Vaticano.

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