Diario de León

Afganistán

La hora de los talibanes

El Emirato se enfrenta a la gran batalla de gobernar el país El portavoz talibán pide a los afganos que se queden y estén unidos

Combatientes talibanes forman con sus armas en Kandahar. STRINGER

Combatientes talibanes forman con sus armas en Kandahar. STRINGER

Publicado por
Mikel Ayestarán
León

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Empieza la nueva era del Emirato Islámico de Afganistán después de dos décadas de ocupación estadounidense. Los talibanes esperaron con paciencia al día 31, pero no concedieron un segundo de más al enemigo.

Cuando el último C-17 despegó del aeropuerto internacional de Kabul a las 23:59 del lunes, el cielo de la capital se llenó de disparos, aunque esta vez fueron de alegría. El portavoz talibán, Zabihulá Muyahid, declaró la «victoria definitiva» y definió a Afganistán como «una nación libre y soberana» que tiene ahora «total independencia».

La gran batalla que tienen ahora los islamistas es empezar a gobernar y Muyahid hizo un llamamiento a los afganos a «superar las diferencias internas y estar unidos».

Esa llamada a la unidad nacional debería plasmarse también en el nuevo Gobierno que, según el ministro de Exteriores de Pakistán, Shah Mahmud Qureshi, será de «consenso» y se formará «en los próximos días».

Colas en Kabul para sacar dinero de los bancos . STRINGER

Qureshi recibió en Islamabad a su homólogo alemán, Heiko Maas, y de nuevo quedó claro que el vecino Pakistán es un país clave para entender la situación en territorio afgano. No en vano, este fue el santuario de los líderes talibanes durante veinte años y aquí se encuentra una de las shuras más importantes del grupo, la de Quetta.

Ese carácter inclusivo se lo podría dar la entrada en el juego político del Emirato de figuras del anterior sistema como Karzai o Abdulá Abdulá, jefe negociador que podría servir de puente para tratar de resolver la crisis en el Panjshir porque fue uno de lo lugartenientes del mítico Ahmed Sha Massoud.

Muyahid, el portavoz talibán, recordó que la nación «ha sufrido guerras e invasiones y la gente no tiene más tolerancia», pero de cara al futuro quiso mostrar la faceta más diplomática del movimiento y dijo que desean «una relación buena y diplomática» con Washington. Ese tono dialogante cambió para lanzar una advertencia «a quien vea a Afganistán con malos ojos» porque, según el portavoz islamista, «correrá la misma suerte que los estadounidenses».

Cuando la URSS se retiró en 1989 dejó atrás un mar de chatarra aún visible en valles y desiertos del país, EE UU ha dejado todo un arsenal en manos de los islamistas. La mayor parte pertenecía al desaparecido Ejército afgano.

Los responsables talibanes recordaron una vez más a los afganos que deseen salir del país que no frenarán «la salida de nadie, sin importar que haya colaborado con los extranjeros», pero para ello deben poner en marcha de nuevo un aeropuerto que, desde el adiós de Estados Unidos, permanece en silencio. Desde la OTAN, el secretario general, Jens Stoltenberg, declaró ayer que es «esencial mantenerlo abierto tanto para la llegada de ayuda humanitaria como para garantizar la salida segura de aquellos que no lo han logrado estos días». La decisión final ahora no depende del Pentágono, está en manos del Emirato.

Pacto respetado

Talibanes y Estados Unidos cumplieron este martes lo acordado en Doha en febrero de 2020 y cada uno obtuvo su premio. Los talibanes tienen el poder y los estadounidenses se han podido retirar sin sufrir el acoso insurgente. Al contrario, la coordinación con los islamistas ha sido clave para hacer frente a la amenaza del brazo local del grupo yihadista Estado Islámico en los últimos días de la caótica evacuación. Es una incógnita saber cómo será la relación futura, pero países como Turquía, Rusia, China o India ya han comenzado sus contactos con el Emirato.

«Hay que ser cautos, pero por lo visto hasta ahora no estamos ante los talibanes de los noventa. Aquellos sólo querían pelear, estos se sentaron a negociar en Doha y han respetado sus acuerdos con Estados Unidos hasta el final. Son mucho más fuertes que antes. Si logran la estabilidad interna y cierta complicidad regional, el país no volverá a convertirse en un santuario de terroristas», opina el analista paquistaní Humayoun Khan, uno de los rostros más mediáticos en el país en los temas relacionados con el vecino Afganistán.

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