Diario de León

Una imprevista derrota lleva a Maduro a repetir las regionales en el feudo de Chávez

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Nicolás Maduro parece un doble de Daniel Ortega. No es ningún descubrimiento. Los dos son dictadores. Uno en Venezuela y el otro en Nicaragua. Ambos violan los derechos humanos y utilizan el poder como si fueran los amos absolutos de la voluntad de sus ciudadanos. Maduro quería lavar su cara de tirano para parecer un demócrata auténtico en las elecciones regionales del 21 de noviembre. Pero no contaba con una cuarta derrota, Barinas, dominada por la familia de Hugo Chávez desde 1998. Y ahí se derrumbó su democracia y apareció el látigo del tirano. Anuló los comicios, convocó otros para el 9 de enero y actuó como Ortega: inhabilitó al candidato que había ganado y a tres más. Y a Zulia, para que no crezca más, le quitó el control de los peajes y el aeropuerto.

Las regionales, sobre el papel, tenían que representar el principio de una nueva historia de Venezuela, especialmente después de los diálogos en México entre el régimen y la oposición representada por Juan Guaidó. Maduro exigía el levantamiento de las sanciones y Guaidó un cronograma electoral con garantías serias. Sin embargo, la oposición pensó más en las presidenciales del próximo año y llegó dividida a las regionales. Se sabía que Maduro ganaría casi todas las gobernaciones y las alcaldías, como así sucedió. En la llamada ciudad marquesa, el candidato del MUD, Freddy Superlano, no tuvo miedo a enfrentarse a la familia Chávez y lanzó un desafío serio que logró un apoyo importante en la capital de los llanos, principal centro económico y cultural de la zona y bajo lemas de «Unidad», «Barinas dice fuera los Chávez» y «¡No tenemos miedo!» venció a Argenís Chávez, que llevaba cuatro años gobernando. Los ocho años anteriores lo había hecho su hermano Adam y el comandante Hugo Chávez.

tracking