Diario de León

La junta militar arrastra a Birmania a la «edad de piedra»

Detenidos en Mandalay hacen la señal de la resistencia. STRINGER

Detenidos en Mandalay hacen la señal de la resistencia. STRINGER

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EFE

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La junta militar de Birmania (Myanmar) intensificó ayer el apagón informativo al que está sometiendo al país desde el golpe de Estado del 1 de febrero con el bloqueo de canales vía satélite, mientras continúa la presión de la comunidad internacional para frenar la brutal represión de las fuerzas de seguridad.

El operador privado de la televisión por satélite PSI, esencial en zonas remotas del país ante la ausencia de otros medios de comunicación, indicó en un escueto mensaje que los canales Mizzima y DVB, críticos con la junta militar, dejaban de estar disponible «por motivos de seguridad».

«La junta no se detendrá hasta que hayan arrastrado al país a la edad de piedra mediática de antaño, bajo los regímenes militares anteriores que controlaron el país durante casi 50 años. Esta flagrante violación a la libertad de prensa, el acoso e intimidación de periodistas debe cesar de inmediato», apuntó Phil Robertson, subdirector para Asia de Human Rights Watch.

El gobierno del general Min Aung Hlaing ya había revocado tras la el golpe de Estado del 1 de febrero las licencias de ambos medios, aunque los canales continúan sus emisiones desde internet.

Desde el levantamiento, la junta militar no ha cesado en su objetivo de acallar las informaciones sobre la violenta represión, que hasta el jueves había dejado al menos 614 muertos, según las cifras verificadas por la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP).

Los militares han limitado casi al mínimo el acceso a internet (solo funciona parcialmente la conexión por cable), han arrestado a decenas de periodistas y fotógrafos, y se han cerrado todos los diarios independientes en papel del país.

«La junta militar está haciendo todo lo posible para estrangular a los medios independientes y las noticias desde el frente de su brutal y a menudo letal represión contra el movimiento de desobediencia civil», denunció Robertson.

Como respuesta al intento de los generales de cortar el flujo de información han aparecido nuevas publicaciones en papel que pueden pasar de mano en mano por las calles del país.

«Molotov», un panfleto antijunta, y «The Voice of Spring», una publicación en birmano de dos páginas, han sido impulsadas por un sindicato de estudiantes y empezaron a distribuirse esta semana.

Ayer, más de 20 personas han muerto después de que las fuerzas de seguridad de Myanmarlanzaran artefactos explosivos contra manifestantes en la ciudad de Bago, a 70 kilómetros al norte de Rangún, según informó un líder de las protestas.

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