La mayor cita electoral de la historia de México reduce el dominio de López Obrador

Las elecciones más grandes de la historia de México, al renovarse a la vez la Cámara de Diputados, 15 de los 32 gobernadores estatales, 30 congresos locales y 1.900 ayuntamientos, han demostrado que Andrés Manuel López Obrador se mantiene firme a la cabeza de las preferencias políticas de los azteca. Y ello a pesar de la pandemia, la grave crisis económica, el aumento del desempleo y de que los altos niveles de inseguridad y criminalidad que no han disminuido desde que llegó al poder en 2018.

Su partido Movimiento Regeneración Nacional sigue siendo la agrupación política más votada, ha ganado en gran parte de los estados y logra retener la mayoría en la Cámara de Diputados gracias al apoyo de sus aliados del Partido del Trabajo y el Partido Verde Se queda, no obstante, muy lejos de los 30 millones de votos logrados en las presidenciales de 2018 y ahora dependerá más de sus socios en la Cámara de Diputados al perder la mayoría cualificada de dos tercios, clave en la cruzada antineoliberal.

Con esta coyuntura será prácticamente imposible reformar la Constitución y devolver al Estado el control del sector energético porque ello obligará a derogar las leyes que abrieron la puerta a la privatización en 2014. Para ello precisaría de la aprobación de dos terceras partes, 334 diputados.

López Obrador afirmó ayer que las urnas le permitirán continuar con su proyecto de «la cuarta transformación de México». «Se votó por dos proyectos, distintos y contrapuestos. El pueblo ha elegido», dijo desde el palacio presidencial.

Los comicios, interpretados como un plebiscito sobre el presidente, han demostrado que Amlo —acrónimo del líder izquierdista— mantiene su carisma, aunque ha sufrido un desgaste en sus primeros tres años de mandato y que, por tanto, deberá afrontar la segunda mitad con mayores dificultades y bastante debilitado.