Diario de León

Una niña alemana pudo correr la misma suerte que Maddie

Investigan a Christian B., sospechoso de asesinar a Madeleine McCann, por la desaparición en 2015 de una pequeña de cinco años, Inga

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Juan Carlos Barrena | Berlín
León

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Christian B., el presunto secuestrador y asesino de la niña británica Madeleine McCann, desaparecida en el Algarve portugués hace 13 años, podría ser un infanticida en serie. La Oficina Federal de lo Criminal (BKA) alemana anunció este viernes que investiga al sospechoso por la desaparición de otra pequeña, la niña alemana Inga que se esfumó sin dejar rastro en mayo de 2015 cuando estaba con sus padres de excursión cerca de la localidad de Stendal, en la región germano-oriental de Sajonia-Anhalt. El hombre, de 43 años, residía entonces en un terreno cercano que era de su propiedad. Un año después, y en un registro realizado en esa misma finca por la policía, los agentes encontraron una memoria USB con, entre otras cosas, pornografía infantil con imágenes muy duras de abusos sexuales a bebés y niños. En una caravana situada en la parcela y que habitaba al parecer Christian B. en 2015, los investigadores hallaron también ropa infantil, a pesar de que el sospechoso no tiene familia.

La desaparición de Inga tuvo lugar cuando visitaba con sus padres una residencia diacónica para la terapia de drogadictos en Wilhelmsdorf. La pequeña, de cinco años, fue vista por última vez buscando leña al borde de un bosque aledaño para hacer un fuego con su familia. La operación de búsqueda de la niña, en la que participaron cientos de policías con perros de rastreo y helicópteros, se desarrolló en los días y meses posteriores sin éxito. Christian B. estuvo ya entonces en el punto de mira de la investigación, pero la falta de pruebas e indicios que lo inculparan hizo que no fuera inculpado.

En declaraciones al 'Magdeburger Volksstimme', Petra Küllmei, abogada de la madre de Inga, revela que la presencia de Christian B. en la zona donde se perdió la pista a la pequeña está documentada. "Solo un día después de la desaparición de Inga Christian B. tuvo un accidente que quedó registrado al aparcar en una zona de descanso de la autopista A2 junto a Helmstedt", cerca del lugar de la desaparición de Inga, señala la abogada, quien subraya que el sospechoso carece de coartada para el día en el que la niña alemana fue vista por última vez. Petra Küllmei lamenta que en su momento los investigadores cerraran el caso de manera precipitada, "solo cuatro semanas después de comenzar su trabajo", señala Küllmei, por cuya iniciativa vuelve a abrirse ahora.

Un posible cómplice

'Spiegel Oline' informa, por otro lado, que Christian B. habría tenido relación con un empleado de la residencia diacónica de Wilhelmsdorf, investigado ahora por posible complicidad. Este segundo sospechoso tuvo un comportamiento que llamó la atención tras la desaparición de Inga y sufre al parecer de una alteración narcisista de la personalidad. Y el semanario 'Der Spiegel' publica que Christian B. confesó en un chat de internet a un conocido, dos años antes de la desaparición de Inga, sus tendencias sexuales y su deseo de abusar de niños, según actas de la investigación a las que la revista ha tenido acceso. El sospechoso escribió entonces que quería "capturar a alguien pequeño para abusar durante días". Advertido por el conocido de que podía ser peligroso, el hombre respondió que eso no es problema "si las pruebas desaparecen después".

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