La ofensiva de los narcos tras el arresto del hijo de ‘El Chapo’ provoca 29 muertes
La detención el jueves de Ovidio Guzmán, uno de los hijos más famosos y buscados del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, se saldó con 29 muertos, diez de ellos militares, según confirmó ayer el Gobierno mexicano. No hubo víctimas civiles.
El Ejecutivo de Andrés Manuel López Obrador rechaza extraditarlo por la vía rápida a Estados Unidos, donde se le reclama por delitos vinculados al narcotráfico, al tener causas pendientes en México.
El operativo estuvo compuesto por 3.586 efectivos de las fuerzas de seguridad mexicanas y puso el punto final a una investigación de seis meses, a la que contribuyó la Inteligencia estadounidense. El arresto del líder de la fracción de Los Menores, afín al cártel de Sinaloa, derivó en violentos enfrentamientos entre los grupos criminales y las fuerzas armadas.
Los narcos bloquearon con hombres armados y vehículos calcinados los accesos a Culiacán —capital del estado de Sinaloa y localidad donde tuvo lugar el arresto— y otras localidades. Hubo varios tiroteos. 19 delincuentes fueron abatidos, así como diez militares, entre ellos un coronel que comandaba un batallón de infantería. Además, 35 miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos de bala y 21 narcos fueron detenidos, según un balance de la operación presentado por las autoridades. La ola de violencia fue tal que incluso un avión comercial fue tiroteado mientras se desplazaba por la pista del aeropuerto. No llegó a despegar. Otras aeronaves de las Fuerzas Armadas también fueron dañadas, así como varios vehículos militares. La situación está ya bajo control, según el gobernador de Sinaloa.