La operación militar que acabó con una masacre en una favela solivianta a Brasil
Una mujer y un niño contemplan la operación en la favela. ANDRÉ COELHO
Manifestantes de la favela de Jacarezinho se dieron cita ayer frente a la Policía Civil de Río de Janeiro para pedir justicia por las 25 vidas segadas la víspera en un violento operativo policial contra la banda de delincuentes que domina esa deprimida favela carioca.
La acción de los uniformados se llevó a cabo en momentos en que este tipo de acciones están restringidas en Río de Janeiro y fue la más letal en la historia de la emblemática ciudad brasileña.
«Eso no fue una operación de inteligencia. Fue una completa masacre que forma parte del genocidio que está en curso en nuestro país y principalmente en nuestro estado», aseguró Giovanna Almeida, una estudiante de 22 años que se juntó a los manifestantes.
El operativo, que contó con la participación de unos 200 uniformados y tuvo una duración de nueve horas, fue calificado de «exitoso» por la Policía Civil, que negó las acusaciones de abusos y afirmó que la acción fue planificada, autorizada y supervisada por el Ministerio Público. Los datos oficiales señalan que un policía perdió la vida al recibir un impacto en la cabeza al comienzo de la operación y que 24 sospechosos (que los comisarios no calificaron como simples sospechosos sino como probados pistoleros) fallecieron durante el operativo en la favela de Jacarezinho. Habitantes de la favela testigos de los hechos aseguran que fueron «asesinados» dentro de las viviendas y sin oponer resistencia.