Diario de León

La Otan refuerza la defensa aérea de Ucrania contra misiles y drones

Rusia detiene a ocho personas, cinco rusas, acusadas de participar en el ataque al puente de Crimea

Civiles se aprovisionan en Kiev para soportar los ataque de Rusia contra la capital. SERGEY DOLZHENKO

Civiles se aprovisionan en Kiev para soportar los ataque de Rusia contra la capital. SERGEY DOLZHENKO

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El recrudecimiento de la agresión rusa en Ucrania durante las últimas semanas ha hecho que la reunión de ministros de Defensa de la Otan se convierta en un encuentro «decisivo» para la seguridad de los países aliados. Las anexiones ilegales de los territorios ocupados, las amenazas nucleares y la movilización de decenas de miles de tropas suponen «la escalada más seria desde el inicio de la guerra», aseguró el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg.

Ante esta situación, la Alianza Atlántica se muestra «preparada» para reforzar su apoyo a Ucrania y mantenerlo «el tiempo que haga falta». Algunos países aliados, como Alemania, han anunciado el envío de sistemas de defensa aéreos a Kiev. La Otan respalda esas iniciativas y reconoce la importancia de estos sistemas para evitar «los horribles e indiscriminados ataques a civiles» que está llevando a cabo Moscú.

Los ataques rusos se ceban también con las infraestructuras energéticas, una «seria amenaza» de cara al invierno. «Todo esto demuestra la urgencia de enviar más defensa aérea a Ucrania», aseguró Stoltenberg, quien defendió la necesidad de aportar diferentes tipos de sistemas: de corto y largo alcance, sistemas antimisiles y drones, para proteger las ciudades ucranianas.

La Alianza también está reforzando sus propias defensas y planea reabastecer su equipamiento militar, como munición y armas, muchas de las cuales se han enviado para apoyar al Ejército ucraniano. «Espero que los ministros coincidan en la necesidad de reabastecernos y de comprometerse más», apremió el secretario general.

Algunos países aliados aún no han alcanzado el objetivo de destinar el 2% de su gasto a Defensa propuesto por la Otan. Stoltenberg, sin embargo, destacó que desde 2014 los países de la Alianza han contribuido con más de 360.000 millones de euros. «Por supuesto seguiremos trabajando para urgir a los aliados a que inviertan más en Defensa», deslizó.

Del mismo modo, la Alianza confía en alcanzar sus objetivos de capacidad e invertir más en producción militar. Esto permitiría a la organización «producir más armas, más municiones, que necesitamos tanto para asegurar nuestra propia disuasión y defensa, como para continuar brindando apoyo a Ucrania».

Y es que las amenazas de usar armas nucleares por parte de Vladímir Putin han elevado las alertas de la organización, que la semana que viene llevará a cabo sus maniobras anuales de evasión nuclear. «Hay especulaciones sobre el uso de armas de este tipo en Ucrania y le hemos dejado claro a Rusia que esto tendría graves consecuencias».

Por el momento no se observan movimientos de armamento nuclear por parte de Moscú, pero la Otan se toma muy en serio las amenazas rusas y «se mantiene vigilante». Según apuntó Stoltenberg, la retórica del Kremlin es peligrosa e imprudente.

Durante su intervención ante los medios, el secretario de la Alianza Atlántica volvió a hacer un llamamiento a Bielorrusia para que deje de apoyar al Kremlin. «Esperamos que el régimen de Lukashenko deje de ser cómplice de esta guerra», dijo. Hasta ahora, el país se ha utilizado para lanzar misiles contra Ucrania y el presidente bielorruso «debería dejar de ayudar y apoyar los esfuerzos de guerra rusos», subrayó.

El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, antiguo KGB) anunció ayer el arresto de ocho personas supuestamente involucradas en la explosión del pasado sábado en el puente de Kerch, que une la región rusa de Krasnodar con la península de Crimea. Los detenidos son cinco ciudadanos rusos, además de «tres de Ucrania y Armenia», sin precisar cuántos son ucranianos y cuántos son armenios. El FSB afirma también haber identificado a doce personas sospechosas de estar implicadas en lo que califica de «acción terrorista».

En el comunicado del FSB se asegura que el responsable directo del ataque contra el puente, el que dio la orden de ejecutarlo, fue Kirill Budánov, que ejerce el mando de la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania (GUR). Él y el resto de los miembros que componen la cúpula de la GUR han sido acusados por la justicia rusa de organizar el «sabotaje» en el puente. «Como se ha establecido en la investigación, el artefacto explosivo fue camuflado en rollos de película de polietileno para material de construcción en 22 envolturas con un peso total de 22,7 toneladas. A principios de agosto fue enviado desde el puerto de Odesa a la ciudad búlgara de Ruse», sostiene la nota, que señala a las empresas Translogistik UA (Kiev) y Baltex Capital S.A. (Ruse) como socios de la transacción.

ACCIÓN SUICIDA

Después, según el FSB, la carga fue trasladada desde Bulgaria al puerto georgiano de Poti y de ahí se envió a Armenia. Se facilitan los nombres de los participantes en la operación. Y, entre el 29 de septiembre y el 3 de octubre de 2022, el pedido se despachó en Ereván, la capital de Armenia, en la terminal de Transalliance con destino a la empresa rusa Líder (Moscú).

De acuerdo con las informaciones de los servicios secretos rusos, el 4 de octubre, a bordo de un camión DAF matriculado en Georgia, la carga cruzó la frontera ruso-georgiana en el puesto de control de Verjni Lars, escenario reciente del éxodo de jóvenes rusos hacia el país vecino para evitar ser movilizados y enviados a luchar en Ucrania. El FSB, sin embargo, no explica cómo los explosivos pudieron recorrer tantos países y penetrar en Rusia sin que fueran detectados por los guardafronteras y los servicios aduaneros.

El informe señala que, el 6 de octubre, el camión llegado desde Georgia fue descargado en la base logística mayorista de Armavir, en la región rusa de Krasnodar, y, al día siguiente, se falsificó la documentación del pedido. Como nuevo remitente figuraba ahora la compañía TEK-34, con sede en la ciudad rusa de Uliánovsk, y el destinatario, subraya el FSB, «una empresa inexistente» en Simferópol, la capital de Crimea.

La carga de «camuflaje» y los explosivos fueron colocados el 7 de octubre en el camión propiedad del ciudadano ruso Majir Yusúbov, cuyo tío se puso al volante y perdió la vida en la explosión. Ya de camino hacia Crimea, cuando atravesaba el puente de Kerch, a las 6.03 horas del 8 de octubre, el vehículo saltó por los aires y dañó el puente.

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