La Policía de Seúl admite su fallo en la estampida mortal de la fiesta de Halloween
Mientras Corea del Sur llora por las jóvenes vidas perdidas el sábado por la noche en la avalancha de Halloween, la Policía investiga las causas y admite sus fallos a la hora de evitar esta tragedia. «Se había previsto que un gran número de personas se reuniría allí. Pero no esperábamos que pudiera haber víctimas a gran escala debido a la concentración de tanta gente», reconoció ayer el jefe del Departamento de Gestión del Orden Público de la Policía Nacional, Hong Ki-hyun, según informa la agencia estatal de noticias Yonhap.
A su juicio, la multitud que se congregó en la zona de bares de Itaewon, una de las más populares de Seúl, era similar a las de otras fiestas de Halloween de años anteriores. Aunque esta era la primera que tenía lugar después de tres años prohibida por las restricciones del Covid-19, la afluencia fue parecida o, como mucho, ligeramente mayor. Pero no parece ser esa la causa del amontonamiento que se formó en un callejón de solo 3,2 metros de ancho y 40 de largo, donde la multitud quedó atrapada como si fuera una ratonera.
Sin posibilidad de moverse, 154 jóvenes perecieron asfixiados al caer al suelo y ser pisoteados. Dos tercios de ellos, 103, estaban en los 20 años y la mayoría, 98, eran mujeres, más bajas y con cuerpos menos resistentes. Entre los fallecidos hay un estudiante de enseñanza media, de entre 12 y 15 años, y cinco de instituto, de entre 16 y 18 años. Además, la montonera dejó 149 heridos, 33 de ellos graves.