Diario de León

Rusia bombardea un centro militar de instructores extranjeros a las puertas de la UE

El ataque con misiles a la base de Yavoriv, a sólo 25 kilómetros de Polonia, causa 35 muertos y 134 heridos

Una anciana con un bebé en un refugio de Kiev.  VASILIY ZHLOBSKY

Una anciana con un bebé en un refugio de Kiev. VASILIY ZHLOBSKY

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Un día después de que Moscú advirtiera que los envíos de armas a Ucrania por parte de Occidente serían considerados «objetivos» militares «legítimos», sus misiles de crucero —disparados desde una base en Sarátov, a más de 1.500 kilómetros de distancia—, impactaron contra el centro para instructores militares extranjeros de Yavoriv, al noroeste de la ciudad ucraniana de Leópolis y a una veintena de kilómetros de Polonia, país miembro de la Otan y de la UE. El bombardeo acabó con la vida de 35 personas y causó 134 heridos. Irrumpieron 30 misiles. Y ocho alcanzaron el objetivo. Yavoriv, que desde 2015 era la base de entrenamiento militar para las tropas de Ucrania organizado por instructores militares estadounidenses, de Canadá y de otros países de la Otan, alberga ahora el llamado Centro Internacional para el Mantenimiento de la Paz y la Seguridad.

Uno de sus cometidos, según las autoridades rusas, es el de canalizar la ayuda militar llegada desde distintos países de la Alianza. El portavoz del Ministerio de Defensa, Ígor Konáshenkov, aseguró que en el ataque «fueron esliminados 180 mercenarios extranjeros y una gran remesa de armas desde el exterior», aunque Kiev negó que hubiera extranjeros entre las víctimas. La zona oeste de Ucrania y Leópolis en concreto, a donde se trasladaron desde Kiev las embajadas occidentales, se consideraba la parte más segura del país. De hecho ha sido lugar de tránsito de los centenares de miles de refugiados que huyen de la guerra hacia Polonia.

Pero ya el viernes fueron bombardeados los aeródromos de Lutsk e Ivano-Frankivsk, ambos también en el extremo oeste de Ucrania e igualmente muy cerca de Polonia, pero también de Eslovaquia, Hungría y Rumanía, también miembros de la Alianza Atlántica y la UE. Ivano-Frankivsk fue este sábado sometida a nuevos ataques. Una escalada ofensiva en el oeste que llevó al responsable ucraniano de Defensa, Oleksii Réznikov a pedir una vez más el cierre del espacio aéreo. «¡Cierren ya nuestro cielo!». Un movimiento descartado por Washington y Bruselas por el riesgo que supondría de expandir la confrontación fuera de las fronteras ucranianas. En los otros frentes, Mariúpol, Járkov, Kiev, Chernígov y Sumy siguen resistiendo, aunque estén sometidas a un intenso fuego de la aviación y la artillería, sobre todo Mariúpol. La destrucción en Járkov es también muy patente, como también en Sumy y Chernígov.

Pero la ciudad más castigada desde el comienzo de la invasión rusa es sin duda Mariúpol, cuya población sobrevive como puede sin agua, calefacción ni electricidad. Los alimentos se están acabando y tampoco hay medicinas. Este sábado volvió a ser bombardeada. Su alcalde, Vadim Boichenko, manifestó a través de Telegram que «los ocupantes atacan cínica y deliberadamente edificios de viviendas, zonas densamente pobladas, destruyen hospitales infantiles e infraestructuras urbanas». Según sus cálculos «hasta la fecha, 2.187 habitantes de Mariúpol han muerto en los ataques rusos». El viceministro de Interior ucraniano, Evgueni Enin, informó este sábado de 13 muertos civiles por los bombardeos en Mykolaiv y aseguró que los enfrentamientos armados más encarnizados se localizan en Zaporoyia y en Krivói Rog, más al oeste. Mykolaiv, que lleva sufriendo bombardeos desde hace varios días, se encuentra a 132 kilómetros de Odesa, ciudad portuaria en el mar Negro de gran importancia estratégica. El Ejército ruso no ha acometido todavía su asalto si bien sus alrededores han sido objeto de algún que otro bombardeo.

Los habitantes de Jersón, situada muy cerca de Crimea y por ello una de las primeras ciudades en caer en manos de las tropas rusas, han denunciado a los «ocupantes» rusos por tratar de organizar un «falso referéndum» a fin de crear una «república popular» al estilo de Donetsk y Lugansk, que se proclamaron independientes en 2014 y cuya «estatalidad» fue reconocida por el Kremlin el mes pasado, medida que resultó ser la antesala de la actual guerra. Este sábado se supo que otro alcalde ucraniano, el de la localidad de Dniprorudne, en la región de Zaporoyia, ha sido secuestrado por militares rusos. Se trata, según el gobernador regional, de Evguén Matveiev. El viernes, corrió la misma suerte, Iván Fiódorov,

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