Diario de León

El Ejecutivo británico quiere sentar en el banquillo al empresario ruso Andréi Lugovói

Rusia se niega a extraditar a Londres al único sospechoso del caso Litvinenko

Incluso se estudia la opción de canjearlo por Beretzovski, un multimillonario reclamado por Moscú

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agencias | moscú
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La Fiscalía General de Rusia excluyó ayer la posible extradición del empresario ruso Andréi Lugovói, principal sospechoso en el asesinato el pasado año del ex agente, Alexandr Litvinenko. «Lugovói es un ciudadano ruso y, según la Constitución rusa, los ciudadanos de nuestro país no pueden ser entregados a autoridades extranjeras para el cumplimiento de la Justicia», aseguró una fuente de la Fiscalía a la agencia RIA-Nóvosti. Lugovói fue una de las últimas personas en reunirse con Litvinenko en el hotel Millennium de Londres el pasado 1 de noviembre, justo el día en que éste fue hospitalizado con síntomas de envenenamiento con polonio 210, sustancia radiactiva altamente tóxica. Según informa el diario «The Guardian», las autoridades británicas tienen intención de solicitar a Rusia la extradición del empresario ruso para juzgarle por asesinato, ya que existen pruebas suficientes en su contra para que sea procesado. Además, apunta que Londres estaría dispuesto a canjear a Lugovói por el multimillonario ruso Borís Berezovski, residente en londres desde 2000 y reclamado por la Justicia rusa. «Esto es imposible. No se puede hablar de un canjeo en este caso>, replicó la Fiscalía, que matizó que Lugovói si podría ser juzgado en Rusia por un crimen cometido en el extranjero si se confirma su culpabilidad. El Fiscal General, Yuri Chaika, ha asegurado en varias ocasiones que la extradición de ciudadanos rusos es «anticonstitucional», por lo que las autoridades rusas no extraditarían a ningún sospechoso o acusado en este caso. Según la Carta Magna Según el artículo 61 de la Carta Magna, «un ciudadano ruso no puede ser entregado (extraditado) a otro Estado». Lugovói, ex agente del KGB al igual que Livinenko, se manifestó dispuesto a «defender su buen nombre y reputación ante cualquier corte judicial». El empresario, que se reunió hasta en cuatro ocasiones con Litvinenko en Londres entre mediados de octubre y el día de su hospitalización, fue interrogado por Scotland Yard en diciembre pasado durante la investigación que condujeron en Moscú. Detectives británicos investigan por qué se hallaron rastros del isótopo Polonio 210 en los aviones en los que Lugovói voló a Londres y regresó a Moscú, y también en las habitaciones de hotel donde se hospedó. Lugovói, de 41 años, ha reconocido que introdujo inconscientemente el polonio 210 en la vivienda de su ex esposa en Hamburgo antes de reunirse en Londres con Litvinenko. El sospechoso, que conoció a Litvinenko en 1996, trabajó como miembro del servicio de guardaespaldas del presidente entre la desintegración de la URSS (1991) y 1996, tras lo que entró a formar parte del cuerpo de seguridad de la televisión ORT, propiedad de Berezovski. Litvinenko, ex coronel del Servicio Federal de Seguridad (antiguo KGB), murió el pasado 23 de noviembre en el hospital University College de Londres debido a la concentración en su organismo de altas dosis de polonio-210. En una carta póstuma, Litvinenko acusó al presidente ruso, Vladímir Putin, de estar detrás de su asesinato por haber acusado a los servicios secretos de provocar una serie de explosiones en Moscú en 1999 para desencadenar la segunda guerra chechena.

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