Diario de León

Los tanques de EE UU, Alemania y Reino Unido pueden cambiar la guerra

Moscú envió sus blindados sin protección de infantería y sin logística para su mantenimiento, dos errores que Occidente evita desde hace años

Imagen de los tanques Abrahams que enviará Estados Unidos a Ucrania. VALDA KALNINA

Imagen de los tanques Abrahams que enviará Estados Unidos a Ucrania. VALDA KALNINA

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A punto de cumplirse un año de la invasión de Ucrania, una de las enseñanzas de la guerra ha sido la incapacidad de Rusia para desarrollar una guerra con tanques. Según los expertos, la forma en la que Moscú ha empleado sus carros blindados es un manual de libro de lo que conduce a su destrucción. La enseñanza para los refuerzos que Europa y EE UU van a enviar a Ucrania con los Leopard o los Abrams es clara: hacer lo contrario de lo que ha hecho el enemigo.

Una unidad acorazada constituye uno de los elementos más poderosos y a la vez más vulnerables del campo de batalla. Su blindaje y su capacidad de destrucción la convierten en un elemento clave para la conquista del terreno. Pero sus necesidades de combustible y repuestos, además de su vulnerabilidad a todo tipo de artefactos explosivos, lo hacen vulnerable en el campo de batalla. Por ello, por ejemplo, lo más habitual es que un carro de combate luche rodeado de soldados a pie dispuestos a protegerlo.

El hecho de que los comandantes rusos hayan enviado al frente a tanques sin la protección de infantería ha supuesto que una de las imágenes icónicas de la contienda sea la de la torreta de un tanque de Moscú destrozada y separada del cuerpo del vehículo después de que una emboscada ucraniana con cohetes antitanque hiciera que explotara la munición acumulada en el interior.

El exmarine, analista e investigador del departamento de guerra del King’s College de Londres Rob Lee se ha convertido, desde los inicios de la invasión, en uno de los mayores expertos a la hora de teorizar sobre el futuro de la guerra de tanques tras la experiencia de Ucrania. Según su visión, la perdida de blindados de Rusia se debe a tres factores: ausencia de preparación, pobre estrategia logística e insuficiencia de infantería. Lee recuerda que la fascinación por el secretismo de los rusos hizo que muchas unidades fueran enviadas al frente apenas seis horas después de que se les hubiera comunicado que empezaba la guerra. Ello supuso una falta preparación estratégica y logística. Tampoco disponían de una doctrina clara para establecer qué iban a hacer, puesto que creían que se trataría de una guerra relámpago y no habían previsto la resistencia ucraniana. Los carros de combate, en este sentido, avanzaban como pollos sin cabeza.

Falta de entrenamiento Sobre la estrategia logística ya al comienzo de la guerra se pudo ver que la penetración rusa en Ucrania carecía de una previsión para que las unidades acorazada pudieran abastecerse de combustible, repuestos y munición. Ello supuso que muchas fueran abandonadas por sus tripulaciones tras quedarse sin diésel. Pero, además, la estrategia básica consistió en los primeros días en desplazarse en grandes columnas en las que viajaban las tropas de combate pero también los suministros.

Estas unidades no tardaron en ser destruidas por la artillería de Kiev. En este sentido, Rob Lee asegura que se han producido más bajas de tanques rusos por los cañones enemigos que por los misiles inteligentes Javelin.

Con respecto a la insuficiencia de infantería cabe destacar que un tanque, para ser efectivo, necesita estar rodeado de varios anillos de soldados que se encargan de darle protección ante el enemigo. Estas tropas a pie son las encargadas de buscar minas, eliminar enemigos y abrir corredores libres de peligro para los blindados. Sin embargo, Rusia no utilizó a militares a pie para esta misión y los tanques han caído en emboscadas día tras día. En este contexto, la doctrina occidental sobre el empleo de tanques está enfocada, al menos sobre el papel, a evitar todos los errores que cometieron los rusos. En este sentido, ni los Leopard ni los Abrams supondrían un cambio significativo si no fuera por los años de estudios que la Otan ha llevado a cabo con guerras como las del Golfo.

Protección de un escuadrón

Los manuales tácticos de los Marines, por ejemplo, insisten en que un blindado debe contar con la protección de al menos un escuadrón de sus hombres. La doctrina americana no concibe que un carro de combate avance en solitario hacia una zona de peligro. Según sus textos, debe contar con al menos cuatro soldados rodeándolo y el doble avanzando alrededor en busca de enemigos ocultos.

Por ejemplo, sus entrenadores saben que una emboscada clásica consiste en que un enemigo con un cohete antitanque oculto en un flanco deje pasar el carro para luego dispararle en la parte trasera, la más débil.

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