El trato posbrexit entra en la UCI
La pesca sería el principal obstáculo para concluir una negociación hoy entre Londres y la UE
Boris Johnson llega ayer a su residencia oficial en el 10 de Downing Street. FACUNDO ARRIZABALAGA
La negociación de un acuerdo entre Reino Unido y la Unión Europea se encuentra en una «situación grave», según informó el primer ministro británico, Boris Johnson, tras mantener una conversación telefónica con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El líder británico resalta en su comunicado que existen aún diferencias en «áreas fundamentales» y que la posición de la UE sobre pesca «simplemente no es razonable». La jornada del jueves había deparado las habituales declaraciones aparentemente contradictorias sobre el curso de esta negociación. Michel Barnier habría explicado a los presidentes de los grupos políticos del Parlamento Europeo que un acuerdo hoy viernes «es difícil pero no imposible», mientras que el ministro británico, Michal Gove, con amplias responsabilidades sobre el Brexit, dijo a un comité de la Cámara de los Comunes que su probabilidad es «menor que un 50%».
De las palabras de Barnier en Bruselas, según The Guardian , se deduce que las diferencias sobre el procedimiento de sanción que seguiría a la ventaja competitiva adquirida por una parte, si llegan a alterar sus regulaciones sobre requisitos medioambientales o en leyes del trabajo, estarían resueltas. También indica que el obstáculo para la culminación sería la negativa del equipo negociador de la Unión Europea a que la flota pesquera británica tenga derecho al 60% de las capturas en aguas británicas.
Las palabras de Gove fueron más genéricas y susceptibles de ser entendidas como una postura adoptada por su supuesta conveniencia en la táctica de la negociación. Ningún ministro del actual Gobierno ha expresado como el propio Gove el daño que causaría un Brexit sin acuerdo. Cuando era ministro de Agricultura en el Ejecutivo de Theresa May pronunció un discurso de taxativa elocuencia sobre las consecuencias de una ruptura abrupta.
En el momento de la negociación representada por los líderes, que combina la posibilidad de un acuerdo inminente o de una quiebra final, se añade la incertidumbre sobre el procedimiento de ratificación, que recaería en los Parlamentos tras la eventual firma de un acuerdo por Ursula von der Leyen y Boris Johnson. El Gobierno británico decretó vacaciones de los Comunes desde el viernes, con la posibilidad de que sea convocado, según el mismo Gove, entre la Navidad y fin de año.
Los presidentes de los grupos parlamentarios expresaron a Barnier en Bruselas su negativa a ratificar un acuerdo si no se firma este fin de semana. Habrían propuesto que, en caso de que la negociación se prolongue, las operaciones comerciales se conduzcan con las reglas del acuerdo en fase provisional. Barnier les habría explicado que las dos partes se oponen a esa temporalidad y que la consecuencia sería operar con las exigencias del no acuerdo.
El Brexit tiene ya efecto en las fronteras. Enormes colas, descritas en algunos medios como de 25 kilómetros, se formaron el jueves en los accesos a Dover, y otras de menor extensión en el puerto galés de Holyhead, con ferries frecuentes a Dublín. Las habría provocado la suma de abastecimientos para las fechas navideñas y de preparación de las empresas para los posibles trastornos del transporte de mercancías a partir del próximo 31 de diciembre.