Diario de León

Las tropas de EE UU apuran en máxima alerta las últimas horas antes de dejar Kabul

Biden, la UE, la OTAN y países árabes quieren establecer zonas seguras para seguir evacuando al personal que les ayudó

Un avión militar despega ayer del aeropuerto de Kabul, donde el Isis-K ha lanzado una lluvia de cohetes que han sido interceptados por los sistemas de EE UU. STRINGER

Un avión militar despega ayer del aeropuerto de Kabul, donde el Isis-K ha lanzado una lluvia de cohetes que han sido interceptados por los sistemas de EE UU. STRINGER

Publicado por
EFE

Creado:

Actualizado:

Los Estados Unidos supervisa de modo especialmente exhaustivo el último día de la retirada de sus tropas de Afganistán. El Pentágono reconoció ayer que este momento histórico después de veinte años de invasión es «particularmente peligroso», por lo que los militares permanecen en alerta máxima ante la eventualidad de que el Estado Islámico pretenda organizar otro atentado de gran envergadura en las horas finales de ocupación.

La alarma viene reforzada por el ataque perpetrado ayer contra el aeropuerto Hamid Karzei con el lanzamiento de seis cohetes —cuatro de ellos cayeron cerca del aeródromo y los otros dos fueron interceptados—, que sigue a otros intentos de provocar una masacre como la del jueves pasado, con más de doscientas víctimas mortales, o el coche-bomba destruido con un dron cuando intentaba acercarse al complejo aéreo.

«Las fuerzas militares de EE UU emplearon de forma exitosa medidas de protección de fuerza para abortar ese ataque», indicó el subdirector de Logística del Estado Mayor, el general Hank Taylor, en referencia a esta última agresión, que repelieron las baterías antimisiles instaladas en el aeropuerto. Dos de los cohetes fueron alcanzados en el aire, según confirmaron varios testigos de la caída de metralla, y los restantes impactaron contra edificios cercanos. El ataque ocurrió sobre las tres de la madrugada (hora local), no causó víctimas y su autoría fue reivindicada horas más tarde por el Estado Islámico del Khorasan (EI-K).

«Los soldados del califato atacaron el aeropuerto internacional de Kabul con seis cohetes», señaló el grupo en un comunicado. Los terroristas utilizaron un coche aparcado en un barrio al norte de la ciudad como plataforma de lanzamiento, que quedó completamente calcinado.

El portavoz del Departamento de Defensa, John Kirby, apuntó desde Washington que los militares desplegados en la terminal aérea operan bajo el convencimientos de que se enfrentan a «amenazas potenciales» durante las escasas horas que les quedan hoy en el país antes de embarcar en los últimos aviones dispuestos para la evacuación. La salida es uno de los momentos más complejos, ya que la retirada de los soldados del perímetro del aeródromo y de las baterías antiaéreas les dejará más expuestos que nunca. El presidente, Joe Biden, subrayó ayer que la «prioridad» en esta jornada es «proteger a nuestras fuerzas».

Por razones de seguridad, son pocos los detalles que han trascendido sobre su último día en Kabul, pero, al parecer, la intención de Estados Unidos es transferir el mando de las instalaciones a un tercer país, posiblemente Turquía, para que se haga cargo de la torre de control.

Los talibanes quieren que la terminal reanude cuanto antes los vuelos comerciales, que implican también la llegada de mercancías y suministros esenciales para la vida diaria en el país.

El portavoz de Defensa no ahorró en calificativos sobre el grado de amenaza que soportan las tropas frente al yihadismo. «Real», «concreto», «activo» y «específico», enfatizó Kirby. «Nos lo tomamos muy en serio. Ahora estamos en un momento particularmente peligroso», añadió. El ritmo de los traslados se ha ralentizado tras el acelerón aplicado por todos los gobiernos a raíz de la matanza realizada el jueves por un yihadista armado con un chaleco explosivo. Así, Estados Unidos evacuó ayer a 1.200 personas, entre ellas su embajador miembros del personal diplomático que quedaban en Afganistán.

Mientras, ministros de Exteriores de EE UU, Francia, Alemania, Italia, el Reino Unido, Turquía y Catar, además de representantes de la Unión Europea y la OTAN, organizaron ayer una reunión virtual para coordinar los siguientes pasos respecto a Afganistán tras la retirada de las tropas internacionales.

El encuentro, encabezado por el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, se produce a apenas un día del fin de la presencia militar en el país centroasiático. En un comunicado, emitido antes de la reunión, el Departamento de Estado norteamericano subrayó que los participantes, a los que calificó de «aliados clave», hablarán de «un enfoque coordinado para los días y semanas próximos» en Afganistán.

Estados Unidos ha iniciado ya la fase de repliegue de sus tropas en Kabul, destinadas a garantizar la seguridad del aeropuerto de la capital afgana durante las evacuaciones de ciudadanos estadounidenses y de sus aliados afganos.

Las labores de evacuación de los últimos días se producen en medio de un creciente riesgo de ataques después del registrado en el aeropuerto de Kabul el jueves, reivindicado por la filial afgana del grupo terrorista Estado Islámico, Isis-K, que dejó 200 muertos, entre ellos 13 soldados estadounidenses, y cientos de heridos.

La Casa Blanca ha asegurado que ni EE UU ni sus aliados tienen prisa por reconocer a un gobierno de los talibanes en el futuro próximo tras la retirada completa prevista para hoy 31 de agosto.

En vísperas de las últimas evacuaciones, un primer cargamento de ayuda médica internacional llegó este lunes a Afganistán desde el vecino Pakistán, en lo que supone la inauguración de un corredor humanitario en el nuevo régimen fundamentalista.

tracking