Diario de León

Ucrania se adentra en Rusia y ataca por segunda vez una base militar

La incursión ‘toca’ el mismo aeródromo donde tres drones fueron destruidos en una acción similar

Tumbas de los soldados caídos en la invasión rusa, decoradas con árboles de Navidad. ROSTYSLAV AVERCHUK

Tumbas de los soldados caídos en la invasión rusa, decoradas con árboles de Navidad. ROSTYSLAV AVERCHUK

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Al menos tres personas murieron ayer en un ataque de un dron ucraniano contra una base aérea situada en el sur de Rusia, a 600 kilómetros de la frontera con Ucrania. La defensa aérea de Moscú derribó el aparato en la madrugada mientras se acercaba al aeródromo de Engels, en la región de Saratov. «Como resultado de la caída de restos del dron, tres oficiales técnicos rusos que estaban en la base aérea sufrieron heridas mortales», informó la agencia de noticias rusa Tass, citando al Ministerio de Defensa. Según el Kremlin, las infraestructuras no han resultado dañadas.

Un portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana afirmó que la explosión es «la consecuencia de la agresión rusa contra Ucrania». «Estas son las consecuencias de lo que Rusia está haciendo en nuestro país. Si los rusos pensaban que la guerra no les afectaría en su retaguardia, se equivocaban», ha dicho el portavoz, Yuriy Ignat, en declaraciones televisadas. «Este tipo de cosas están ocurriendo cada vez con más frecuencia y esperamos que esto sea positivo para Ucrania», agregó.

Es la segunda vez que la base aérea de Saratov resulta atacada por drones ucranianos en apenas un mes. El 5 de diciembre otro avión no tripulado destruyó dos bombarderos estratégicos de largo alcance y capacidad nuclear Tu-95, que forman parte de las fuerzas de disuasión rusas. Entonces no se reportó ninguna víctima mortal. Ese mismo día otro ataque de iguales características perpetrado contra el aeródromo de Diáguilevo, en el óblast (región) de Riazán, mató a tres militares. Un asesor del presidente ucraniano dejó entrever la autoría ucraniana de aquellos incidentes.

Los bombardeos aumentan los interrogantes acerca de la capacidad de la defensa antiaérea rusa. El Kremlin reconoce, según la agencia Tass, que el dron fue interceptado volando «a baja altura», forma en la que evita ser detectado por los radares rusos. Varios blogueros militares, incluidos los afines al Kremlin, se muestran preocupados por la «vulnerabilidad» de las instalaciones militares en pleno corazón de Rusia.

A principios de mes, tras los bombardeos contra los aeródromos, el Kremlin emprendió un ataque a gran escala contra infraestructuras energéticas ucranianas, la técnica que ha desarrollado en las últimas semanas Serguéi Surovikin, el general al mando de las tropas rusas desde noviembre. Unos bombardeos que buscan minar la moral de la población, expuesta a temperaturas bajo cero en pleno invierno sin calefacción, luz o agua corriente.

«Quedan pocos días para que acabe este año. Debemos ser conscientes de que nuestro enemigo intentará hacer que este tiempo sea oscuro y difícil para nosotros», afirmó este domingo Volodímir Zelenski en su discurso diario a la nación. «Rusia perdió todo lo que pudo este año», afirmó. «Pero está tratando de compensar sus pérdidas con el regodeo de sus propagandistas después de los ataques con misiles en nuestro país, en nuestro sector energético». «Tenemos que estar preparados para cualquier escenario», agregó.

En paralelo, el Gobierno de Bielorrusia ha informado este lunes de que el sistema de misiles Iskander y los sistemas de defensa aérea S-400 desplegados por Rusia en su territorio están ya preparados para entrar en funcionamiento.

El jefe de la Dirección de Ideología del Ministerio de Defensa bielorruso ha indicado que las unidades destinadas a las operaciones de estos sistemas «han completado» su entrenamiento en Rusia y Bielorrusia y ha recalcado que los sistemas «están preparados para llevar a cabo sus tareas», según un mensaje del Ministerio de Defensa en su cuenta en Telegram.

El anuncio ha llegado apenas una semana después de que Putin viajara a Minsk para reunirse con su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko, quien dijo tras el encuentro que Moscú y Minsk están dispuestas a dialogar con Europa, a la que ha apelado a «escuchar la voz de la razón».

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