Diario de León

Ucrania, una guerra de nervios

Rusia y la Otan trasladan el teatro de guerra del campo de batalla a los salones de la diplomacia

Una mujer aprende técnicas de defensa armada con un arma simulada ayer, en Kiev. SERGEY DOLZHENKO D

Una mujer aprende técnicas de defensa armada con un arma simulada ayer, en Kiev. SERGEY DOLZHENKO D

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EFE

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La crisis en Ucrania se ha convertido en una guerra de nervios entre Rusia, que prepara según la Otan las mayores maniobras en territorio de Bielorrusia desde la Guerra Fría, y Estados Unidos, que comenzó a desplegar hoy un nuevo contingente en Europa del Este.

Horas después de que los cazas rusos Su-25 aterrizaran en un aeródromo de Brest, región bielorrusa limítrofe con Ucrania y Polonia, a este último país llegaba el primer avión con soldados estadounidenses.

EE UU ha decidido incrementar en 3.000 hombres su presencia militar en el flanco oriental de la Otan, refuerzos destinados a hacer frente a los 130.000 soldados rusos concentrados en la frontera ucraniana.

El escuadrón de Su-25CM recorrió más de 7.000 kilómetros desde el Lejano Oriente ruso para participar la próxima semana en las maniobras militares conjuntas ‘Determinación aliada-2022’, que han despertado el recelo de la Otan.

El comunicado castrense no precisó el número de los Su-25, pero en territorio bielorruso se encuentran ya una docena de cazas de cuarta generación Su-35, además de sistemas de defensa antiáerea de largo alcance S-400 Triumf, que también llegaron el viernes a Brest.

El secretario general de la Otan, Jens Stoltenberg, denunció que Moscú emplazará también en el país vecino los temidos misiles tácticos Iskander, capaces de superar el escudo antimisiles estadounidense, aunque el Ministerio de Defensa ruso no ha informado de ello.

Según la Casa Blanca, Rusia habría desplegado ya a 5.000 soldados rusos en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia, y planea incrementar esa cifra hasta los 30.000 hombres. En cambio, el ministro de Exteriores bielorruso, Vladímir Makéi, replicó que «la fantasía sobre una agresión militar desde el territorio de Bielorrusia contra Ucrania es simplemente ridícula».

Polonia, uno de los mayores adversarios de Rusia y aliados de Ucrania, recibirá hoy casi 2.000 soldados estadounidenses, mientras el resto serán apostados en Alemania y Rumanía, país bañado por el mar Negro.

Aunque el Pentágono precisó que dichos soldados «no combatirán en Ucrania», no descartó el envío de más hombres en el marco del plan de contención de la Alianza Atlántica.

Tras más de dos meses de ensordecedores tambores de guerra, todas las partes implicadas parecen haber cambiado de discurso en los últimos días. La invasión rusa de Ucrania ya no es inminente. El teatro de guerra ya no es el campo de batalla, sino los salones de la diplomacia.

Ni los políticos ni los analistas rusos esperan que el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, retire próximamente sus tropas de la frontera, ya que dichos juegos de guerra no representan un gran coste económico y son un as en la manga en las negociaciones de seguridad con EE UU y la Otan. Además, nadie pone su mano en el fuego sobre que la amenaza de una guerra en Ucrania haya desaparecido.

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