Diario de León

Ucrania sólo aceptará un ultimátum ruso «cuando todos hayamos muerto»

Rusia bombardea Odesa y Kiev e intenta forzar la rendición

Una mujer ucraniana camina por la carretera con sus pertenencias en una bolsa. AMEL PAIN

Una mujer ucraniana camina por la carretera con sus pertenencias en una bolsa. AMEL PAIN

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EFE

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El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, aseguró ayer que sólo aceptarán un ultimátum ruso «cuando todos hayamos muerto», en respuesta al plazo puesto por Moscú para que los combatientes ucranianos de Mariúpol abandonaran la ciudad.

«Ucrania no podrá cumplir el ultimátum. No podremos hacerlo físicamente. ¿Cómo se puede hacer esto? Tendrían que eliminarnos a todos y entonces su ultimátum se cumplirá automáticamente», dijo Zelenski en una entrevista con medios europeos.

El presidente de Ucrania señaló: «Por ejemplo, entregadnos Járkov, entregadnos Mariúpol, dadnos Kiev. Ni los habitantes de Mariúpol, ni la gente de Kiev puede hacer esto». Añadió que incluso en ciudades ya ocupadas por los rusos, como Melitopol o Berdyansk, «cuando ellos (las tropas rusas) entran, la gente no se rinde. (Los rusos) levantan la bandera, la gente la baja. Mataron a un hombre, sí, la gente se escondió, pero por la noche salieron y volvieron a quitar la bandera. ¿Qué queréis? ¿Destruirnos a todos? Podemos cumplir el ultimátum sólo cuando ya no estemos», enfatizó el jefe del Estado ucraniano.

La ciudad portuaria de Mariúpol, en el sureste de Ucrania, centra ahora la atención de la guerra con Rusia, en un asedio que se mantiene desde hace días y que tiene visos de prolongarse.

Unas 400.000 personas han estado atrapadas en Mariúpol durante más de dos semanas en medio de intensos bombardeos que han cortado los suministros centrales de electricidad, calefacción y agua.

El ministro ucraniano de Defensa, Oleksii Reznikov, dijo que la resistencia de Mariúpol, fuertemente bombardeada por los rusos hace días, está «salvando» a otras ciudades, como Dnipro, Kiev y Odesa, del recrudecimiento de una ofensiva contra ellas.

Las fuerzas rusas bombardearon ayer un centro comercial en Kiev y, por primera vez en 26 días de guerra, viviendas en Odesa, dos puntos estratégicos en el mapa de la ofensiva rusa junto a Mariúpol, ciudad portuaria a la que intentó obligar sin éxito a rendirse tras más de dos semanas de asedio.

En la capital, al menos ocho personas murieron en un bombardeo de un centro comercial que también destruyó seis viviendas en el distrito de Podilsk, en el que hay dos escuelas y dos guarderías, dijo en Telegram el alcalde, Vitali Klitschko.

El portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashénkov, afirmó que el centro comercial servía de almacén para lanzacohetes y munición, y estaba inoperativo, por lo que fue destruido por «armas de largo alcance de alta precisión».

Pese a la falta de avances, Kiev sigue siendo el «principal objetivo militar» de Rusia, indicó hoy el Ministerio de Defensa británico, que afirmó que el grueso de las tropas rusas se han estancado a más de 25 kilómetros de la capital.

Y por primera vez en lo que va de guerra la estratégica ciudad portuaria de Odesa —de 990.000 habitantes—, sufrió bombardeos.

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