Diario de León

Los ucranianos resisten en Azot y se niegan a entregar el sur del país a Moscú

Rusia acusa al gobierno de Kiev de utilizar civiles como escudos humanos para evitar la toma de Severodonestk

Amigos y camaradas del activista asesinado Roman Ratushnyi encienden bengalas durante su funeral en Kiev. ROMAN PILIPEY

Amigos y camaradas del activista asesinado Roman Ratushnyi encienden bengalas durante su funeral en Kiev. ROMAN PILIPEY

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EFE

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Los civiles y combatientes ucranianos atrincherados en la planta química de Azot, en la ciudad de Severodonetsk, resisten a duras penas el bombardeo del Ejército ruso, pero rechazan, por el momento, las demandas de rendirse o deponer las armas.

«Les hemos propuesto muchas veces (a los civiles) ser evacuados, pero no quieren», aseguró Serhiy Gaidai, gobernador de la región de Lugansk, según la agencia Unian.

Mientras Moscú acusa a las tropas ucranianas de utilizar a los civiles, como ocurriera en Mariúpol, como «escudo humano», Kiev denunció ayer nuevos bombardeos masivos, lo que convierte en «imposible» un posible repliegue de civiles y militares.

El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, anunció hace dos semanas el control sobre Severodonetsk, pero este no será completo hasta la toma del polígono industrial, es decir de Azot.

AZOT, LA RESISTENCIA CONTINÚA

Gaidai estimó en 568 el número de civiles refugiados en la planta, entre ellos 38 niños. Se trata de los trabajadores de la planta, sus familias y algunos vecinos de Severodonetsk que se niegan a marcharse a toda costa. «Salir, ahora, es imposible. Físicamente, es posible, pero es muy peligroso debido a los constantes disparos y bombardeos. Si alguien sale, tiene un 99 % de posibilidades de morir», dijo el funcionario.

Al mismo tiempo, negó cualquier paralelismo con Azovstal, aduciendo que esta no es una gran zona industrial comunicada a través de túneles, sino varios refugios subterráneos separados unos de otros. Según las autoridades locales, esos civiles cuentan con suficientes víveres, aunque estos no han sido completados en las últimas dos semanas.

Mientras el presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró el viernes que no quiere convertir las ciudades conquistadas en el Donbás «en una especie de Stalingrado», Kiev acusa a Moscú de transformar Severodonetsk y sus alrededores en una segunda Mariúpol por la intensidad de los bombardeos. Los prorrusos acusan al Ejército ucraniano de desplegar morteros en los accesos a la fábrica para impedir la salida de los civiles en dirección a las zonas controladas por las tropas rusas.

Soldados rusos y milicianos separatistas prorrusos iniciaron hace varios días una operación especial para «limpiar» Azot, pero aún no han logrado sitiar la zona por los cuatro costados.

AVANCES RUSOS EN SEVERODONETSK

Después de unos días sin grandes novedades en el frente de Severodonetsk, el general ruso Ígor Konashénkov, destacó que «la ofensiva transcurre con éxito».

De hecho, en su parte diario anunció que las milicias prorrusas «con el apoyo del Ejército ruso» han conquistado Metiolkine, localidad pegada a Severodonetsk.

Además, destacó que las unidades enemigas han abandonado también algunas de sus posiciones en Lisichansk, el último bastión ucraniano en Lugansk. Las tropas rusas continuaron aplicando la táctica de tierra quemada en el este del país con la destrucción de una fábrica de reparación de tanques en Járkok.

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