La LE-20 ya no puede ocultar el deterioro

La Ronda Este de León ya no puede disimular por más tiempo las señales del abandono. Las del tiempo en el que el mantenimiento pasa de perfil en esta estructura que resulta elemental para la comunicación de la ciudad. La Interior, también, y el acceso a puntos de atención básicos. La Ronda Este, desde el Hospital al acceso sureste de la capital leonesa, es un cordón atestado de tráfico en hora punta, con centra de treinta mil usuarios cada día. Y una secunda interminable de defectos que sufren los mismo conductores; principalmente, en el deterioro del firme, con tramos de asfalto totalmente cuarteados, el interior de las rotondas con la vegetación sin desbrozar y defectos en la señalización horizontal. Si se le une las intersecciones y semáforos, el cóctel de la LE-20 es un polvorín para la circulación.