Diario de León

RADIOGRAFÍA ECONÓMICA

El 86% de los municipios tiene más pensionistas que trabajadores activos

El envejecimiento y la despoblación disparan el problema: la provincia más que triplica la media nacional de perceptores frente a cotizantes

León

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La alarma generalizada no le pilla a León por sorpresa. El envejecimiento y la España vacía (ahora denominada ‘vaciada’) llevan instalados en la provincia desde hace demasiado tiempo. A un nivel en el que todas las alertas saltaron hace mucho, y no se encuentran fórmulas para ponerle remedio. León vive de las pensiones en mucha mayor medida que otras zonas del país, y en sus pueblos el problema se agrava irremediablemente. En buena parte de ellos únicamente la desaparición de parte de los vecinos de mayor edad recorta la nómina de pensionistas. Pero no hay relevo en las cotizaciones. Son el reflejo de la tendencia en la que languidece buena parte del medio rural en la provincia.

En el conjunto del país un 25% de los municipios tienen más personas cobrando una pensión que afiliadas a la Seguridad Social. En el caso de León son el 86,25% de los municipios los que se encuentran en esta situación. En total, 182 de los 211 ayuntamientos de la provincia se reparten 32.865 afiliados a la Seguridad Social, mientras el sistema mantiene a 63.475 pensionistas.

Únicamente en los 29 municipios restantes la proporción se invierte, aunque tímidamente. Hay 120.822 afiliados por 76.029 pensionistas. Lo que tampoco es, ni de lejos, suficiente para equilibrar las cuentas del sistema público de pensiones. De hecho, sólo en 15 de estos ayuntamientos el número de trabajadores en activo supera la proporción de un cotizante por cada jubilado. Así que ahí las cuentas tampoco salen si no se aplica el sistema de solidaridad en el que se basa el reparto público de las pensiones.

Desequilibrados

En el conjunto del país hay de media 2,2 personas que cotizan a la Seguridad Social por cada pensionista. Y la hucha de las pensiones es incapaz desde hace mucho de sobrevivir en estas condiciones. En el caso de León en toda la provincia hay 1,09 trabajadores por cada pensionista. 153.68 afiliados por 139.787 perceptores de este tipo de prestaciones. El desequilibrio no sólo es evidente, sino que es creciente. La inminente jubilación de la generación del ‘baby boom’ y las dificultades locales para crear empleo (y menos aún con salarios capaces de cotizar suficientemente) no hace sino empeorar las perspectivas.

De momento el panorama provincia de relación entre cotizantes y pensionistas dibuja un mapa en el que la calificación de preocupante se queda muy corta. En localidades como Escobar de Campos sólo viven pensionistas, y no muchos. Nadie trabaja. En Barjas sí: cotizan cinco personas, mientras 101 viven de sus pensiones. Son los dos casos más extremos de la provincia, pero la proporción de trabajadores en activo es igualmente baja en muchos de los municipios leoneses. A los que se han venido a sumar los mineros, como el caso de Páramo del Sil, donde la cifra de pensionistas multiplica por más de cinco la de trabajadores. Un caso similar al de Toreno , Igüeña o Torre; Fabero o Villablino, por poner algunos ejemplos.

El León agrícola y ganadero sucumbe también al envejecimiento y las economías dependientes de las percepciones públicas. Aunque de forma bastante heterogénea, si se observa el mapa que refleja la ratio entre pensionistas y afiliados a la Seguridad Social.

Escobar de Campos, Barjas, Prado de la Guzpeña, Las Omañas, Castrillo de la Valduerna, Peranzanes, Valdemora, La Ercina, San Esteban de Nogales y Borrenes son los diez municipios leoneses en los que hay un mayor porcentaje de pensionistas por cada trabajador. El Bierzo y La Cepeda se llevan una parte de este reparto.

En el lado contrario, los municipios con menor porcentaje de pensionistas son Onzonilla, Santovenia de la Valdoncina, Hospital de Órbigo, Villadangos del Páramo, Cubillos del Sil, Valdefresno, Encinedo, Mansilla de las Mulas, León y Valencia de Don Juan. La capital y sus municipios limítrofes y aquellos municipios que han logrado la dinamización económica de la mano de polígonos industriales y actividad industrial dibujan el paisaje de las zonas con mayor número de trabajadores en activo en la provincia.

Al margen de los cinturones de población de la capital y de Ponferrada, que acumulan no sólo buena parte de la actividad económica, sino que actúan como ‘zonas dormitorio’ de las empresas ubicadas en las dos ciudades, el mapa del desequilibrio de cotizaciones tiene excepciones. Se explican por la actividad económica desarrollada en la zona, relacionada fundamentalmente con el turismo en el caso de Puebla de Lillo, Crémenes y Riaño; o con la actividad empresarial, como es el caso de Valencia de Don Juan o Sahabún, así como Villamañán, Hospital de Órbigo, La Bañeza o Sahagún. Algunas de ellas también cabeceras de comarca, con lo que implica de mayor actividad comercial, bancaria y de servicios.

Es cierto que León es una de las provincias con mayor número de municipios del país, y también con población más dispersa. En cualquier caso, el mapa de la relación entre trabajadores y pensionistas muestra un desequilibrio no sólo difícil de asumir, sino que además tiene una tendencia creciente.

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