Diario de León

A-60: autovía de cercanías

El enlace de Puente Villarente hasta Santas Martas, que completa los 27,1 kilómetro del tramo desde la capital, se abre hoy, 21 años después de ser concebida la León-Valladolid Por delante quedan 89 kilómetros y 365,4 millones.

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l. urdiales / á. caballero | león

La portada de la Nochebuena de 1996 tenía como titular principal un plan. A tres columnas, el diario abría con la iniciativa pactada por dos procuradores autonómicos, además de alcaldes, que utilizaban las Cortes como vehículo por el que trasladar al Gobierno la reclamación de que sus ciudades se unieran por autovía. La iniciativa parlamentaria de Mario Amilivia y Javier León de la Riva planteaba la necesidad de desdoblar la N-601, sin peaje. Nacía entonces con rango de iniciativa parlamentaria un proyecto que, veintiún años y medio después, hoy completará el tramo norte: los 27,3 kilómetros que unen la capital leonesa con la localidad de Santas Martas, bosquejados apenas por los 7,3 kilómetros primeros que se abrieron hasta Puente Villarente antes de las Navidades de 2012. El estreno presenta un resultado parcial novedoso: una autovía de cercanías que deja aún a 89 kilómetros de distancia, sin proyecto definitivo ni presupuesto todavía, el enlace de Villanubla, unida con Valladolid desde el 17 de diciembre de 2013.

El corte de cinta de la A-60 a las 17.30 horas de esta tarde del ministro de Fomento, José Luis Ábalos, adornará la consecución de un hito que, tras la entrada de José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno se anunció para 2009. No se cumplió el plazo, ni tampoco el posterior que hablaba de 2011, mientras el Ejecutivo central y la Junta se enredaban en bloquear el avance por la disputa sobre el modelo de conservación de los restos del yacimiento arqueológico de Lancia, que llevan en el lugar más de 2.000 años. El escollo hizo que no hubiera más desarrollo que la concesión para la galería de la apertura, el 30 de octubre de 2012, de los 7,3 kilómetros de la salida desde el Alto del Portillo hasta Puente Villarente. Ahora, cinco años y medio después, el vial de cuatro carriles encuentra su continuidad para desahogo de los más de 20.000 vehículos diarios que utilizan el escape en dirección hacia el sureste de la geografía provincial.

La construcción de los 27,1 kilómetros del tramo leonés se cierra con una inversión de 137,59 millones de euros, de acuerdo a los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Fomento, dado que ayer la delegación del Gobierno autonómica se negó a confirmar las cifras. La factura queda por encima de los 120,2 millones de euros que se habían cerrado en la oferta presentada por la UTE adjudicataria, formada por Ferrovial Agromán y Compañía de Obras Castillejos, el desfase tiene su principal explicación en el aumento motivado por el puente planificado para salvar los restos del yacimiento arqueológico de Lancia. La factura se apuntó con 6,5 millones de euros adicionales para asentar los tres vanos de 50, 91 y 89 metros cuadrados que permiten el mantenimiento a la vista del 30% de las huellas de la mítica ciudad asturromana que salieron a la luz con las obras del vial. Pese a este esfuerzo, no hay por el momento ningún plan para su puesta en valor, que queda pendiente de la Junta, ni tampoco para avanzar en el estudio de un hallazgo histórico relevante del que se han descubierto apenas 50.000 metros cuadrados y en el que el abandono ha hecho que se deterioren de manera decisiva buena parte de las construcciones aparecidas.

Enlaces de carreteras

El tramo de la autovía se dibuja por cinco municipios leoneses: la capital, Villasabariego, Mansilla Mayor, Mansilla de las Mulas y Santas Martas. En este itinerario, la A-60 concede salidas en siete puntos de la geografía que surca. Tres ya están en servicio: el enlace de las rondas Este y Sur a la entrada de la ciudad, donde se ultima en la ejecución de un nudo de carreteras que se prevé que esté listo a finales de año; el cruce con la N-601 a la altura de las inmediaciones de Arcahueja y Sanfelismo; y la conexión con la CL-624 para comunicar con la carretera del Condado que lleva a Boñar y a la entrada a Puente Villarente. Ahora se le sumarán otras cuatro relaciones viarias más: con la antigua carretera nacional, una vez pasado el yacimiento de Lancia, junto a la gasolinera; con la CL-625 desde la que se entra a Mansilla de las Mulas y se orientan los tráficos hacia Cistierna; en el nodo en forma de trébol a la altura del kilómetro 22 de la autovía León-Burgos (A-231); y en la N-601 de nuevo una vez rebasado Santas Martas, poco antes del cruce de acceso hacia Grajalejo de las Matas.

En esta mancha de terreno, la infraestructura tiene que librar su intersección con el tendido ferroviario de la alta velocidad León-Madrid. No es el único obstáculo. De acuerdo al proyecto redactado por Urbaconsult, que recibió el encargo en enero de 2007 con una factura de 2,1 millones, la autovía salva los caudales del Porma y el Esla mediante viaductos de 540 y 740 metros, respectivamente, y con el discurrir del Camino de Santiago, cuyo choque se resuelve con un paso superior con una acera accesible para los peregrinos. El diseño permitirá redistribuir unos aforos de tráfico que, de acuerdo a los datos de la demarcación de carreteras ofrecidos cuando se concibió la autovía, empiezan en la salida de León con 20.000 vehículos diarios, llegan a Mansilla de las Mulas con 13.000 y, más al sur, fuera ya de la zona que se abre, rondan los 3.000 en el límite provincial, todavía antes de superar el municipio frontera de Izagre.

Retraso en la apertura

La fecha de entrada en funcionamiento de estos nuevos 20 kilómetros de autovía, que se añaden a los 7,1 que se abrieron el 30 de octubre de 2012, sale del hueco encontrado en la agenda por el nuevo ministro de Fomento, que tomó posesión el pasado 7 de junio dentro del gabinete de Pedro Sánchez. El socialista José Luis Ábalos se hará la fotografía que había prometido para finales de mayo su predecesor, el popular Íñigo de la Serna, bajo cuyo mandato se reactivó a partir del otoño de 2016 de manera definitiva el proyecto que el PP había mantenido en estado casi de hibernación desde que entró en el Gobierno en el año 2011. Entonces, con la coartada de Lancia ya sobre la mesa, el Ejecutivo central ralentizó la infraestructura de comunicación con múltiples tachuelas en el camino para justificar la ausencia de avance que se observaba en el terreno.

El acelerador pisado en el último año y medio permite que hoy al menos se puedan estrenar 20 kilómetros más de la autovía. Por detrás quedan 21 años desde su gestación. Por delante, restan 89 kilómetros y más de 365,4 millones de euros de gasto estimado.

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