Ábalos encumbra en Valladolid el taller de Renfe al que aspiraba León

León es víctima de otro agravio en materia ferroviaria. El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, certificó ayer un nuevo estirón laboral en la base de mantenimiento de Renfe en Valladolid, mientras los talleres de León languidecen, sin carga de trabajo, sin dotación para intervenciones punteras y eficientes, y cada vez más mermados de personal. La pérdida de plantilla y empleo en León contrasta con esa versión exuberante del asentamiento en la capital castellana, donde en enero de 2021 la plantilla del operador ferroviario estatal en los talleres será de 458 personas, con un incremento de 11 nuevos empleos cualificados, junto a algo más de un centenar más de empresas externas. Esta es la certificación de cifras que arrojó la visita del ministro Ábalos a aquel emplazamiento, sustentado con un respaldo gubernamental por el que suspiraban los talleres de Renfe en León desde hace más de tres décadas. Y sin vuelta atrás en la recesión progresiva.

Por contra, tras completar el traslado desde el anterior emplazamiento de la ciudad castellana al entorno denominado Fuente Amarga, este recinto tendrá asignada el próximo año una carga de trabajo de 650.000 horas. Otra cifra holgada que acompañó el viaje del ministro de Transportes, en un parámetro que no se ha podido concretar en los últimos ejercicios para determinar qué horizonte tienen los talleres de Renfe en León, por más que haya sido solicitada desde diversas fuerzas políticas a través de diferentes cauces, incluidos los parlamentarios.

La nueva Base de Mantenimiento asume ya «la práctica totalidad» de la actividad prevista y emplea a más de 600 trabajadores de Renfe y externos en una superficie de algo más de 179.000 metros cuadrados en el Páramo de San Isidro. Los talleres de León no llegaron a saltar del perímetro urbano a aquel nuevo destino que les diseñó la integración ferroviaria junto a Torneros, también en otro estadio ajeno a la realidad.

La mejora, anunció Ábalos, supone un incremento de once personas con respecto al personal del año anterior con nuevos contratos «cualificados y de calidad». El Gobierno ha culminado la idea de completar en Valladolid una de las plantas «más importantes de Renfe en España», ofrece al mercado interno y externo de esta compañía la posibilidad de realizar actividades de mantenimiento, reparación y transformación con los más altos estándares de calidad, rentabilidad y competitividad con el sector exterior.

La Base de Mantenimiento Integral de Renfe en aquella ciudad castellana supuso una inversión de 180 millones de euros en unas obras que comenzaron hace más de diez años y ha sustituido a los antiguos talleres de Renfe en el centro de la ciudad, donde se mantiene todavía un pequeño retén de mantenimiento pero que se prevé que próximamente queden liberados para formar parte de la operación de integración ferroviaria de la ciudad. En ese tiempo, en esa década, los talleres de León recibieron una ayuda de doscientos mil euros para evitar las goteras en una de las naves.

Renfe Fabricación y Mantenimiento, a la que pertenece la nueva BMI de Valladolid, tiene como misión ofrecer al mercado, interno de Renfe y externo, los servicios de mantenimiento integral, reparación, transformación y construcción de trenes con criterios de calidad: en Valladolid, el nuevo Avlo; en León, las novedades son locomotoras en desuso.