Absuelto un padre que ingresó en la cárcel acusado de abusar de su hija

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial absolvió por falta de pruebas al padre de una niña de acogida, que había sido enviado a prisión acusado de un delito de abusos sexuales sobre la pequeña, que en su testimonio llegó a incriminar también a su abuelo. El Ministerio Fiscal solicitaba una pena de once años de prisión, pero los magistrados entienden que el testimonio del padre y el abuelo es consistente y también congruente y ambos niegan haber tenido contacto sexual con la niña.

«Encontrándose la niña, declarada por la Junta de Castilla y León en situación de desamparo, así como su hermano, y ambos bajo custodia de acogedora seleccionada por la Junta de Castilla y León, desde el 4 de julio de 2019, la niña comentó a su acogedora el día 29 de enero de 2019 que, en fecha que no pudo precisar, anterior en todo caso al 12 de enero de 2019, había sido objeto de tocamientos por parte de su abuelo en sus partes íntimas a las que aludida como eso o ahí, mientras se señalaba su zona genital, lo que, según la niña, habría ocurrido en el domicilio de su abuelo paterno y en el salón de la vivienda; y que, en fechas que tampoco pudo precisar, su padre, la habría penetrado genitalmente, aludiendo la menor, en las distintas ocasiones en que ha relatado estos hechos, al miembro genital masculino como ‘eso’ o como ‘con lo que hacen pis los chicos y que las chicas no tienen’. Estos hechos, relativos al padre habrían ocurrido, según refería la niña, primero en el salón y luego en el cuarto de baño del propio domicilio familiar.

«No se ha probado ningún comportamiento que los acusados puedan haber protagonizado con la niña, presidido por ánimo lúbrico. En el tramo temporal en que pudieron ocurrir los hechos narrados por ella como infligidos por su padre, la niña tenía una constitución prepuberal y la penetración por parte de un varón adulto era físicamente imposible», dice la Audiencia.

«Sin dejar de reconocer nuestra impresión de honestidad en la iniciativa y en las explicaciones, nada segadas y en sí mismas contenidas, de la testigo protegido, no podemos dejar de mencionar la circunstancia llamativa de la ‘elección’ de la menor respecto de la persona a la que por primera vez se dirige para referirle los hechos que han centrado la imputación criminal en este proceso. Esa elección recae sobre su acogedora y se produce un tiempo significativo después de la cesación de la situación en la que la niña podía seguir sufriendo unos hipotéticos abusos por parte de su abuelo y de su padre», dice la sentencia.

«Resulta difícil comprender por qué, si la niña tenía tan clara la significación ética de lo que está permitido y prohibido entre padres e hijos y entre abuelos y nietos, no haya preferido buscar protección respecto de un peligro presente y emergente, bajo las alas de su abuela , con la cual mantenía la niña ‘secretos de chicas’ y ‘desayunos de chicas’».

El abuelo negó la veracidad de las acusaciones. Declaró incierto que empezase a tocar a su nieta los genitales por encima de la ropa, después de poner en la televisión una película pornográfica. Nunca se quedaba en casa solo con la niña, pues su mujer estaba siempre en casa. En aquella época, trabajaba y pasaba poco tiempo en el domicilio. Preguntado si le dijo el declarante a la pequeña que no contase que el denunciante la había tocado, manifiesta que no, «pues eso no ocurrió nunca».

En aplicación del principio in dubio, pro reo , se declaró la absolución de los dos acusados, si bien se reserva la posibilidad de que la niña emprenda acciones civiles contra ellos.