Diario de León

Absuelven a un profesor de educación física acusado de abusar de una menor

La discapacidad mental de la víctima impide poder valorar adecuadamente su testimonio

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León

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Un profesor de Educación Física ha sido absuelto del delito de abusos sexuales por el que fue juzgado en la Audiencia Provincial, al considerar la Sala que no existen pruebas para incriminarlo, dadas las dificultades de comunicación de la víctima, una discapacitada en un 95% que presentaba graves alteraciones del lenguaje.

El apartado de hechos probados de la sentencia declara que el acusado venía prestando servicios como profesor de educación física, en un centro, donde tenía como alumna desde hacía tres años a una menor, de reconocida una discapacidad del 95% y ecesidad de tercera persona por alteraciones a nivel motor, discapacidad intelectual y alteraciones de lenguaje. No tiene autonomía para realizar actividades de la vida diaria en lo que respecta a su autocuidado, como aseo, alimentación o vestirse, ni se desplaza sin ayuda. Tampoco había adquirido conocimientos básicos de lecto-escritura».

El día 28 de mayo de 2018 los padres de la víctima solicitan una entrevista con la dirección del centro que, desde hace algún tiempo, su hija manifiesta conductas de rechazo y separación a la hora de la ducha, circunstancia que hace que la madre le pregunte sobre las vivencias que tiene con el profesorado del centro, diciéndole la niña, en relación a su profesor de educación física, que al llegar a clase «monta en el triciclo y al empujarla el profesor le da masajes en los pechos diciéndole tetas, tetitas bonitas». Los anteriores hechos fueron puestos en conocimiento de la Fiscalía de Menores, dando lugar a las diligencias penales pertinentes.

«No ha quedado acreditado que en el curso 2017 a 2018 cuando la menor no había cumplido 16 años, se produjeran los hechos. La Sala se encuentra a la hora de enjuiciar los hechos con la dificultad añadida de que el testimonio de la víctima es prácticamente inexistente, por lo que no es posible una valoración del mismo pese a encontrarnos ante un presunto delito de índole sexual. No ha habido en este caso testimonio, las limitaciones físicas y psíquicas de la menor impiden el juramento o promesa, y por ello fue explorada. En Sala se puso de manifiesto el importante déficit físico y síquico que sufre , cuando fue explorada a presencia de la juez de instrucción por la psicóloga del equipo, y que se manifiesta principalmente en el trastorno del lenguaje. La menores incapaz de articular una frase completa, solo responde mediante monosílabos, gestos o signos, a preguntas concretas, en algunas de las cuales se introducen elementos de difícil comprensión para ella, y destaca la facilidad que existe de influir sobre su testimonio, considerando que sus respuestas pueden depender del modo en que se le hagan las preguntas.

Como no es capaz de hacer relato alguno, se ve como la psicóloga y la juez de instrucción a través de aquella, le preguntan sobre los hechos: «Qué es es lo que pasó, que no te gustó?. ¿De que te daba clases....? ¿No lo sabes.... no te acuerdas... que no te gustó, te acuerdas?...» La menor señaló: «Por aquí y por allí»,, llevando la mano al pecho y a la espalda. «¿Te acuerdas de algo mas?» Dice: «Nada más». Se le pregunta por la psicóloga si le parecía bien y contesta que sí luego se le pregunta porqué le parecía bien y ya no contesta a esto último.

Vistas las cosas, la Sala determina la imposibilidad de determinar la certeza de los hechos máxime teniendo en cuenta la mala relación de los padres de la víctima con el acusado.

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