«Sus acciones no eran ajenas a sus funciones por cuenta de la Caja»

Justifica el ponente que la Caja deba de correr con la responsabilidad civil subsidiaria «porque no puede afirmarse en absoluto que las acciones de la acusada fueran ajenas o totalmente extrañas al ejercicio de las funciones por cuenta de la Caja».

Así, la subdirectora de la oficina en la que trabajó la condenada en su etapa final «reconoció que había podido ha podido firmar algún documento que le hayan pasado a la firma, pues todo tienen que firmarlo los directores, pero que no era consciente de haber firmado documentos usados para este tipo de inversiones, si bien sí reconoce su firma en alguno de ellos que le fue mostrado».

El alto cargo de la entidad financiera para quien trabajaba como secretaria la condenada aseguró no tener conocimiento de que ella recibiera a particulares en su puesto de trabajo. Dice la sentencia que expresa «que los documentos aportados son burdos y no se corresponden con ningún fondo real, y que ninguna persona se dirigió a él para pedirle información o explicaciones respecto de estas inversiones».

«Es lo esencial que la confianza de la víctima se ganó desde la posición que la acusada tenía en Caja España», resuelve la sentencia en este apartado.