Diario de León

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El alfoz se une para salvar la histórica Presa del Bernesga, en uso desde hace 800 años

Parte de sus 38,5 kilómetros que riegan 700 hectáreas están secos y alcaldes y vecinos se reúnen el día 27 para pedir ayuda

León

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Tras resistir tormentas y sequías durante más de 800 años, el último temporal de diciembre y la desidia de las administraciones han dejado herida casi de muerte a la histórica Presa del Bernesga. Todo un símbolo del alfoz leonés que ha regado desde el siglo XIII las huertas y fincas de trece poblaciones desde Santibáñez a Palanquinos en un recorrido de 38,5 kilómetros.

En su defensa, Pedro Fidalgo, un enamorado del valor paisajístico, de lo leonés y de la vida que aporta para el campo y los animales esta conducción hidráulica, se ha empeñado en que los problemas actuales no signifiquen el último capítulo para esta gran acequia.

Por eso promueve desde Villabalter, donde reside en uno de los 28 molinos que llegó a mover la presa, una reunión a la que están llamados alcaldes, vecinos y regantes hermanados por el canal de agua, con la esperanza de unir sus voces y exigir un futuro para esta canalización. El encuentro se efectuará el día 27 en Sariegos o en el salón de Plenos de San Andrés y la pretensión es reivindicar la recuperación y la puesta en valor de la infraestructura hidráulica ante la Junta.

"Se nos muere"

El último temporal y la desidia de la CHD le ha causado graves daños que es urgente reparar

«El último temporal llevó chopos, maleza y otros árboles, amontonó hasta dos metros de piedra e hizo agujeros a tres metros por los que se escapa el agua de nuevo al río. Hay sobre todo tramos muy afectados y secos que suponen un gran riesgo. Si no se actúa ya, la presa se nos muere», indica. Fidalgo, que preside actualmente el Sindicato de Regantes, intentó hablar con la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) en busca de ayuda, pero no la encontró en una entidad que suele dar la espalda a los problemas de los municipios leoneses. Le respondieron que no poseen competencias en el interior de la presa, sólo para dar el agua.

Un caudal que no siempre han manejado con acierto. De hecho, en el verano de 2015 la CHD dejó completamente seca por primera vez la presa al cerrar las compuertas. Una decisión que los regantes vieron arbitraria y que ocasionó un desastre ambiental y la muerte de gran parte de su fauna. El trasfondo de la cuestión era la consideración de la acequia en el Plan Hidrológico como «masa natural de agua», lo que obligaba a su conservación y preservación de amenazas externas. «Para dar un encaje legal a la decisión de secarla, la Confederación modificó el plan de cuenca para pasar a calificarla como cauce de agua», recuerda el sindicalista José Antonio Turrado. En esa época, la comunidad estuvo a la deriva con la dimisión de su presidente, poca vigilancia y un uso desigual por parte de alguno de los regantes en activo.

Cinco años después y superado aquel contratiempo, se intenta abrir un nuevo camino para la supervivencia de esta importante boca de riego para 700 hectáreas de Santibáñez, Lorenzana, Sariegos, Azadinos, Villabalter, San Andrés, Trobajo del Camino, Armunia, Trobajo del Cerecedo, Vilecha, Onzonilla, Grulleros y Palanquinos. La presa tiene seis metros de anchura de cauce y tres metros de banzo a cada lado para servidumbre y conservación del cauce, que en algunos puntos han sido invadidos por urbanizaciones, como en Trobajo. Otro de los problemas del cauce histórico es el deficiente aprovechamiento de las aguas, porque al tratarse de un lecho de tierra, el agua que se filtra provoca pérdidas y eleva la capa freática del entorno de la presa.

La comunidad de regantes maneja un ambicioso proyecto de restauración de 400.000 euros, que la encauzaría con materiales naturales y crearía paseos laterales donde se plantarían árboles de hoja caduca cada diez metros para dar sombra. Su fondo se forraría con lajas de piedra caliza para evitar las pérdidas de agua y el coste de limpieza, además de recuperar la fauna acuática.

«Nos tienen que ayudar los de arriba, Fomento y Medio Ambiente, porque una presa así y tan valiosa no se puede perder», insiste.

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