Alimentación y logística viven una encrucijada por el aumento de costes

El sector de la alimentación y el de la logística están ante una nueva encrucijada tras demostrar en el peor momento de la pandemia su capacidad de adaptación para que no faltaran los productos básicos en las estanterías de los supermercados.

Se enfrentan a una escalada «desmedida» de precios, que se arrastra desde hace meses y que ha disparado los costes de producción. Si no se corrige la inflación ese incremento repercutirá en los consumidores. La industria, por sí sola, no puede digerirlo. Hay todavía «mucha incertidumbre», pero también existen soluciones.

Algunas de esas medidas tan necesarias para aminorar el impacto de la crisis se pusieron ayer sobre la mesa durante el cuarto Foro Empresarial por la Recuperación, que organizan, en el Club de Prensa, Diario de León, la Federación Leonesa de Empresarios (Fele) y Caja Rural.

Los expertos que participaron en la jornada de análisis hicieron un diagnóstico muy similar de la situación por la que atraviesan los dos sectores, afectados por el elevado precio de la energía y el encarecimiento de las materias primas, que han desatado la «tormenta perfecta». Es el principal problema que lastra su crecimiento. Coincidieron en que la innovación es un aspecto fundamental, en el que hay que invertir, para abaratar los gastos y hacer más rentable el modelo de negocio. Alertaron también de que existe un déficit de trabajadores preocupante, sobre todo de conductores. Piden a las administraciones que no pongan impedimentos y que repartan de una forma ecuánime los fondos europeos para estimular la actividad económica tras la pandemia porque ahí «puede estar la diferencia»

«Esto nos pone a prueba», avisó durante su intervención el director general de Lactiber, Roberto Robles, quien recordó que en el confinamiento ya se vivió una situación «parecida y conseguimos salir adelante». Cree que «hay que poner el foco en la innovación» para ser más competitivos y mejorar el posicionamiento de los productos leoneses en un mercado muy agresivo y con unos márgenes de beneficio tremendamente ajustados. «Nosotros la leche la hacemos buena porque la traemos buena del campo. Con los ganaderos hacemos un trabajo directo para mejorar la eficiencia de las granjas y la calidad del producto», reveló el representante de Lactiber, que reclamó de las administraciones el respaldo necesario para que se pueda desarrollar una red comercial potente que permita vender en «determinadas zonas o países».

En este sentido, el consejero delegado de Patatas Hijolusa, José Luis Gómez, aseguró que «la subsistencia del sector primario es clave» y que su viabilidad pasa por «hacerlo sostenible», sobre todo desde el punto de vista económico. «Es muy importante que los agricultores se alineen con nuestro modelo de negocio porque todo evoluciona muy deprisa y si parpadeas te lo pierdes», trasladó el representante de Patatas Hijolusa, quien aboga por mirar hacia delante. «Hay que trabajar y tomar decisiones», insistió José Luis Gómez, quien aseguró que su empresa ha invertido «muchos recursos humanos y económicos» para cambiar los procesos de trabajo en el campo.

Sobre este asunto abundó el consejero delegado de Legumbres Luengo, Pedro Luengo, que envasa en su compañía hasta seis figuras de calidad distintas. «Lo hacemos en nuestra marca, con producto autóctono, y sin embargo ese plus tiene un impacto reducido», lamentó el directivo, quien recordó que «el 75% del mercado es marca blanca porque el principal atributo que decanta al consumidor es el precio», justificó.

Apuesta también por reforzar la inversión para mejorar la eficiencia y alcanzar la excelencia, «pero tenemos que ser rentables». De momento no ve muchas más alternativas si no se corrigen los precios que congestionan los mercados. «Una inflación del 5,5 interanual no la puede asumir la industria y de alguna manera debe ser repercutida», aclaró.

Esa misma visión la comparte Mar Casas, fundadora y presidenta de Transleyca, que sufre, como el resto de empresarios, la subida de los precios del combustible. Además el sector logístico no encuentra personal. Hacen falta 15.000 conductores en España. «Esa escasez es un problema muy grave. Nuestro sector no es atractivo porque se trabaja mucho», apuntó la representante de Transleyca, quien espera que la formación dual sirva para corregir esa falta de profesionales. «Dependemos de la administración», señaló al respecto. Entiende que la solución a este conflicto internacional no pasa solo por subir los precios y que el cliente pague más por el pan, la leche o cualquier otro producto. «Es la pescadilla que se muerde la cola porque si repercute en el consumidor bajaran las ventas. Nosotros lo haremos por volumen pero las pymes no tienen esa capacidad», reveló la presidenta de Transleyca, que también recomienda reducir la dependencia con terceros países para evitar el desabastecimiento que ya afecta a determinados bienes, como los semiconductores.