Diario de León

Allí donde se cruzan los Caminos

Una señal vertical en San Marcos, donde se divide el Francés de la ruta del Salvador, guiará a los 70.000 peregrinos para que no se extravíen, tras la petición del colectivo Pulchra Leonina

León

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Ahí, se cruzan los Caminos. Por la izquierda, quien se ensimisme en la fachada plateresca y cruce después el puente busca la senda que describieron los francos. Por la derecha, los que rodeen la iglesia y se encauce Bernesga arriba hasta salir por Carbajal de la Legua camino a Oviedo, como estación intermedia a la tumba del apóstol, persigue el sendero que describe la copla en la se afianza que «quien va a Santiago / y no a San Salvador / sirve al criado / y olvida al Señor». En esa encrucijada se hallan cada año más de 70.000 peregrinos de hasta 104 nacionalidades distintas que, ante el imponente edificio de San Marcos, se preguntan por dónde deben salir de León para no perderse en la ruta escogida hacia la tumba del apóstol en Compostela.

La duda la resolverá León ahora con la colocación de una señal vertical, en el punto cardinal en el que se dividen los caminos en los jardines de San Marcos, con la que se oriente a los peregrinos con dos indicaciones: para el Camino de Santiago francés o para el de San Salvador. La decisión la alienta la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León Pulchra Leonina, después de las quejas de varios caminantes que confundieron la senda al partir. Algunos «se fueron por la orilla del río, llegaron a Carbajal y, cuando se dieron cuenta, estaban a cuatro kilómetros de León porque pensaban que iban por el buen camino; mientras que otros, al contrario, andaban ya por el cruce de Azorín cuando se enteraron de que no iban por el Salvador», como relata el presidente del colectivo, Anselmo Reguera, quien cita que «entre un 15 y un 20% de los peregrinos» toman ya esta senda que pasa por Oviedo antes de tomar rumbo a Santiago.

La confusión la alimenta además la mano oculta que «desde hace seis meses se ha dedicado a borrar las flechas amarillas que hay pintadas en el suelo con la colocación de un borrón gris». Estas marcas que durante años hacía brocha en mano Baudilio Martínez han desaparecido en Santa Ana, pero sobre todo en San Marcos, como recalca el portavoz del colectivo que se encargaba antes de pintar estas señales en el pavimento para guiar a los peregrinos.

Esta costumbre siempre se han prestado «a la picaresca que se dio un tiempo de los que tenían un bar en la calle de al lado y aprovechaban para hacer que pasara por ahí», como reconoce el presidente de la asociación. Pero ahora «la obligación de señalizar el Camino recae en el Ayuntamiento», de acuerdo a «las directrices homologadas por el Consejo Jacobeo a nivel nacional», indica Reguera, quien abunda en que la mejora de esta señalética ya la han pactado con el consistorio para otros dos puntos: en la rotonda de Fernández Ladreda, donde la ruta continúa hacia Santa Ana, y a la salida de la ciudad, donde hay peregrinos que se distraen por Azorín en lugar de seguir recto por Párroco Pablo Diez.

En el área urbana «no tiene ya sentido» que se siga con las flechas amarillas, apostilla Reguera. La asociación ha trasladado al Ayuntamiento de León incluso ideas «como las que se han aplicado en ciudades francesas, en las que las placas de las calles por las que va la ruta tienen debajo una mención al Camino de Santiago y una concha que hace que el peregrino vea que va por el lugar correcto».

La señalización, defienden desde la asociación Pulchra Leonina, debe atenderse además para poner en valor el patrimonio de la capital leonesa. Reguera aboga por acerca el conocimiento de los monumentos a «los peregrinos que no han venido nunca, entran y no saben que, por ejemplo, en la calle Herreros, pasan delante de la iglesia del Mercado, y desconocen su valor y lo que hay dentro».

La necesidad de esta señalización se argumenta con decenas de hitos que hacen estación en el Camino desde que entra por Puente Castro, atraviesa la pasarela, sigue por la avenida de Madrid, enlaza con Santa Ana y, desde ahí, se adentra en el casco histórico, Barahona mediante, por Puerta Moneda. No ha y desperdicio el itinerario que surca La Rúa —conocida como de los Francos por figurar como acceso del Camino francés—, Ancha, plaza de Regla, Sierra Pambley, Dámaso Merino, López Castrillón, Cid, San Isidoro y Abadía hasta desembocar extramuros en Renueva para encontrar, al final de Suero de Quiñones, el deslumbramiento de la fachada de San Marcos. Ahí, se dividen los Caminos, aunque los dos lleguen a Santiago.

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