Un año de covid deja a León sin 393.000 turistas extranjeros y 45,6 millones de euros

Desde que el Gobierno decretó el primer estado de alarma, confinó a la población y Europa cerró las fronteras, el sector turístico, que supone el 12% del PIB, ha perdido prácticamente todos los ingresos que dependían de los visitantes extranjeros, que apenas han llegado a la provincia. Solo en los meses de julio, agosto y septiembre hubo un ligero repunte, aunque las cifras están muy lejos de las de 2019, cuando la movilidad no se restringió, como ocurrió tras la pandemia.

En todo este tiempo, los hoteles, hostales, pensiones, apartamentos turísticos, albergues, casas rurales y campings de León recibieron tan solo a 29.233 viajeros internacionales, muy por debajo de los 422.296 que durmieron en la provincia entre marzo de 2019 y el mismo mes de 2020. La estancia media fue de 1,67 noches y el gasto que hicieron el año pasado los extranjeros en la Comunidad ascendió a 90 euros por jornada, según se desprende de cruzar los datos del boletín de coyuntura turística que publica cada mes la Junta con toda la información relativa al sector que también actualiza el Instituto Nacional de Estadística.

Ese desplome tan pronunciado, de 393.063 turistas foráneos y 506.678 pernoctaciones, sin contar aún los efectos de la Semana Santa, deja un agujero económico en los negocios leoneses de 45,6 millones de euros, a los que habrá que añadir otros seis, según calculó la patronal, de las dos últimas semanas, en las que por segundo año consecutivo no hubo procesiones. Además todavía continúa activo el confinamiento perimetral y solo se permite la movilidad entre provincias de Castilla y León.

Caravanas estacionadas ayer en la avenida de los Peregrinos. FERNANDO OTERO

En la última Semana Santa que pudo celebrarse, la de abril de hace dos años, vinieron a León 147.913 personas en todo el mes, 38.860 de otros países, el 26,2%. En la de 2020, suspendida por el covid, no se registró ni un solo turista en los alojamientos de la provincia porque solo estaban abiertos los negocios esenciales. Todos los hoteles permanecieron cerrados durante los dos primeros meses de la pandemia. Alguno todavía sigue fuera de servicio, con sus trabajadores en Erte.

En mayo, cuando se levantó el confinamiento, únicamente aterrizaron en León 44 viajeros internacionales, frente a los 60.394 de un año antes. Tampoco cambió mucho la situación en junio, aunque el flujo turístico mejoró con las medidas menos restrictivas. Ese mes llegaron a León 550 extranjeros, muy por debajo de los 5.335 de julio, los 6.953 de agosto y los 5.539 de septiembre, los mejores meses desde que la emergencia sanitaria precipitó la crisis. Aún así son 140.625 turistas menos que en el mismo trimestre de 2019, libre de covid.

A partir de octubre, cuando los contagios crecieron por el aumento de la movilidad en verano, y volvieron las restricciones, la pérdida de visitantes fue de nuevo constante. En esos treinta días tan solo se registraron 2.802 foráneos; en noviembre la cifra bajó hasta los 698, mientras que en diciembre hubo en León 965 turistas de fuera de España. Enero, con 635, y febrero, con 726, no cambiaron la tendencia.

Tampoco lo hará marzo y abril, a pesar de que la Semana Santa insufló algo de oxígeno a las maltrechas arcas del sector servicios, el más afectado por la pandemia. Si pierden la temporada estival porque el ritmo de vacunación no alcanza para rebajar las limitaciones muchos negocios desaparecerán. Un tercio ya lo han hecho. Las ayudas, prometidas, y aprobadas, siguen sin llegar. Todo lo contrario que las facturas y los impuestos.