Diario de León

ENTREVISTA EXCLUSIVA

Los astronautas Pablo Álvarez y Sara García, el orgullo de León: "Gracias a la enseñanza de León estamos aquí"

Diario de León mantiene un encuentro en exclusiva con los dos astronautas leoneses

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León

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El torbellino en el que viven Pablo Álvarez Fernández y Sara García Alonso no ha hecho más que empezar.

Después de que el miércoles la Agencia Espacial Europea (ESA) hiciera públicos los nombres de la nueva generación de astronautas, cinco titulares y doce suplentes, la agenda de estos dos investigadores leoneses es un no parar.

Él, ingeniero aeronáutico, es uno de los cinco astronautas que protagonizarán la aventura espacial europea en los próximos años.

Ella, biotecnóloga, está en el equipo de suplentes.

Son los dos españoles elegidos en los últimos 30 años para formar parte de la carrera espacial europea, los dos son leoneses y han estudiado desde el colegio a la Universidad en León.

Ponen en valor esa formación, capaz de hacer a los jóvenes llegar donde quiera n. Y llaman la atención sobre un hecho: no hay ninguna ciudad en Europa que tenga el privilegio de contar con dos astronautas.

León, está en la élite de un sector en auge cuyo presupuesto se dispara de cara a los próximos años. “Sería una satisfacción que la sede de la Agencia Espacial Española se ubicase en León, ojalá estos dos granitos de arena ayuden. En cualquier caso, donde decidan que esté será lo mejor para el sector”.

Pablo aún no acaba de creerse que la difícil aventura vivida en los últimos meses haya acabado con un éxito tan rotundo. A Sara la avalancha de selfies, llamadas y entrevistas comienza a ubicarla en su nueva realidad.

Pero es difícil de digerir. Es extraordinario que coincidan dos nuevos astronautas en España, y sean los dos leoneses. “Resulta bastante increíble, que nos hayamos presentado unos 1.350 españoles, entre los casi 22.500 candidatos europeos totales. No sé si habría alguien más de León, si lo hubiera me gustaría conocerlo, pero es cierto que resulta muy difícil una situación como la que se ha dado”.

Cuando ambos contactaron dentro del proceso de selección hablaron de lo complicado que era que un español llegara hasta el final. “Imagína llegar los dos y ser seleccionados. ¡Y aquí estamos!”.

Aún no son del todo conscientes de la ola de orgullo y confianza en las propias posibilidades que se ha desatado en León con su elección. Pero están deseando regresar a su tierra (lo harán este mes de diciembre) para saborear de primera mano un ambiente con el que desean reencontrarse.

"Confío en que León haya sumado dos puntos con esta elección para acoger la Agencia Espacial Española"

Sus mensajes son de agradecimiento a sus familias y a todos los que han contribuido a que hoy formen parte ya de la historia del espacio española, y también Europea. “Todas las personas con las que nos hemos cruzado han contribuido a formar este carácter,  nos han traído hasta aquí. Sólo tenemos palabras de agradecimiento para León, para todo lo que hemos aprendido en nuestra tierra. Eso también nos ha moldeado, y nos ha traído ahora hasta aquí”.

El proceso de selección que han protagonizado en los últimos meses ha sido especialmente intenso. “Se abrió el 31 de marzo de 2021, así que lo primero que hay que decir es que es muy largo”.

Consiste en seis fases, la primera un filtro de currículums de formación, idiomas, experiencias,… La segunda prueba fue “un examen bestial, de once horas en Hamburgo, en el que miraban absolutamente todo, desde capacidades mentales y físicas a pruebas de memoria, nivel de inteligencia desde todos los puntos de vista,…” Le siguió otra fase más psicológica y psicométrica en Colonia, con dinámicas de grupo, ejercicio para solucionar situaciones inesperadas,… Después una semana de pruebas médicas “donde nos examinaron todo lo que se pueda examinar a un ser humano”.

Les siguieron dos fases de entrevistas, una con un panel de expertos de la Agencia Espacial Europea, que fueron muy intensas. “He hecho muchas entrevistas de trabajo en mi vida y nunca había disfrutado tanto ninguna, pero había que ver cómo te ponían contra las cuerdas en cada pregunta, cómo lo habían preparado,… Fue increíble, de verdad buscaban saber de qué madera estás hecho, y si te sirve para ser astronauta. ¡Allí exhibimos madera leonesa!”, presume Pablo.

La última fase la aprobaron frente al director general de la ESA y sus directivos.

Todas esas pruebas superaron los dos jóvenes leoneses, nacidos en la capital pero con fuertes raíces en la provincia. Sara frecuentaba de niña Candanedo de Boñar para ver a sus abuelos maternos, y Vega de Espinareda para visitar a los paternos. “He crecido a caballo entre El Bierzo, donde tengo mucha familia, y la zona de Boñar”.

Pablo es también leonés nacido en la capital, con raíces omañesas, en Sabugo por parte de su madre y Garueña por su padre. “Dos pueblos muy pequeñitos, de Murias de Paredes y Riello”. El ingeniero aeronáutico estudió en los colegios Cervantes, Antonio Valbuena y Eras de Renueva; y la biotecnóloga en el colegio Divina Pastora y el instituto Padre Isla.

Quizá todavía no sean conscientes de lo que supone para León, para su Universidad, para los jóvenes de la provincia, el hecho de que los dos astronautas españoles elegidos en los últimos 30 años (y sólo hay otros dos anteriores) sean leoneses.

“Sí, hemos comentado que esto le va a venir muy bien a la ciudad, a la Universidad. Y me hace muchísima ilusión percibir eso, porque tengo un buenísimo recuerdo de la educación que he recibido a todos los niveles en León, ha sido de una calidad excepcional. Y haber estudiado Biotecnología en esa Universidad cambió mi forma de pensar, conocí a gente excepcional que mi inspiró para superar mis límites y enfrentarme a cosas que de entrada no habría sido capaz”. Sara recuerda sus primeros pasos en el laboratorio con “Margot y Carmen Marín. Ellas marcaron mi tendencia como investigadora. Siempre estaré agradecida por todo lo que me enseñaron”.

"Hay que devolver a la Universidad y a la sociedad leonesa la inversión que han hecho en nosotros"

Pablo agradece a “Jesús Gonzalo la posibilidad de estudiar Aeronáutica en León, porque tres años antes de que yo llegara a la Universidad no existía este título. Sin todos esos avances yo no estaría aquí hoy. En León recibimos una educación excepcional, y ahora me gustaría contribuir y revertir en ellos todo lo que nos han dado”. Un deseo en el que coincide Sara, que considera de justicia “devolver a la sociedad leonesa la inversión que han hecho en nosotros, compensar este esfuerzo”.

Desde la élite del espacio en la que se sitúan estos dos astronautas leoneses, la candidatura local para acoger la sede de la Agencia Espacial Española se defiende con el mismo entusiasmo que cautela.

“Desde el punto de vista personal, desde luego me encantaría, y confío en que León haya sumado dos puntitos extra con nosotros”, señala Pablo. “La decisión está en otras manos, pero León es un sitio estupendo y la candidatura presentada es muy buena. Nos lo comentaban en el vuelo de vuelta de la delegación española desde París tras la designación de los nuevos astronautas, que la memoria de León es muy buena”. Sara ratifica que “la candidatura está muy bien realizada, y para nosotros sería una enorme satisfacción”.

Y ¿cuál es el principal potencial de León para acoger esa sede? “¡La materia prima!”, contesta sin dudar Pablo. “Seleccionar a dos astronautas leoneses es la mejor prueba de ello. Si esto ayuda a que se tome conciencia del potencial que tiene León en el sector espacial, sería maravilloso. De todas formas, al final estoy convencido de que tomarán la decisión que más beneficie al sector espacial”. señala el ingeniero. “Y así debe ser”, ratifica la biotecnóloga.

El próximo paso

Pablo Álvarez se encuentra trabajando en Airbus en Madrid, y a partir de abril dejará sus tareas para ir a vivir a Alemania y comenzar el entrenamiento de astronauta. Sara García, que trabaja en el CNIE en Madrid, en el Grupo del doctor Barbacid en un proyecto sobre oncología experimental y desarrollo de fármacos, tiene “la suerte de poder seguir desarrollando su trabajo, que me encanta. Puedo compaginarlo con sus nuevas tareas en la ESA, aunque tenga que pasar algunos períodos en Alemania. Eso hasta que se me exija una misión, en ese caso tendría que coger una excedencia y dejarlo durante unos años para recibir una formación específica. Luego podría incorporarme de nuevo”.

Y ahora, con la formación específica para astronauta, comienza la fase más dura del entrenamiento. “No tenemos muchas pistas, sabemos que nos van a entrenar en todo lo que necesitamos para subir a la estación espacial, pero imagino que es bastante duro. Necesitas compaginar la parte teórica con la física, mantenerte muy bien. Y luego hay una parte importante del trabajo que consiste en representar a la ESA en distintos eventos. El día tiene 24 horas, así que la actividad será muy intensa”.

Sara García reconoce que el entrenamiento es “físicamente exigente, pero cosas que se cuentan como los ayunos extremos ocurren realmente en situaciones puntuales de los entrenamientos de supervivencia”.

Toda esta preparación les permitirá afrontar los siguientes retos que se plantean en la carrera espacial. “En París se ha celebrado esta semana la conferencia interministerial de la Agencia Espacial Europea, un evento que se organiza cada tres años donde las delegaciones de todos los países se ponen de acuerdo en los presupuestos para los próximos tres años y deciden qué proyectos van a ejecutar”.

Europa garantiza la participación de un astronauta con un módulo de servicios para la cápsula Artemis tripulada a la Luna

Dentro de la parte de exploración humana y robótica “tenemos la confirmación de que el proyecto ExoMars va hacia adelante, es un rover que se enviará a Marte en 2028 y en el que he trabajado anteriormente”, recuerda Pablo. Iba a ser lanzado este año, pero el cohete y el módulo de aterrizaje eran rusos, se cortó la colaboración con la guerra y Europa ha decidido financiar la creación de un módulo de aterrizaje que se va a fabricar en el continente, y de un cohete americano. “Es la primera vez que vamos a tener el desarrollo de una misión a Marte en la que diseñamos todo”.

Mientras, Estados Unidos desarrolla las misiones Artemis, y Europa garantiza la participación de un astronauta con un módulo de servicios para la cápsula tripulada a la Luna. Ese es el siguiente paso.

Además de su éxito como investigadora y como astronauta, Sara representa un ejemplo especial para las niñas y adolescentes, ante la falta de vocaciones tecnológicas entre las mujeres. “Es verdad que ha habido muy poca representación femenina en el tema espacial, y más concretamente entre los astronautas. Hasta ahora sólo hay una mujer astronauta en activo. Contribuir a que se haya forzado la publicidad de la vacante y animar a mujeres ha llevado a que el resultado es que el 50% de los 17 nuevos astronautas presentados ahora son mujeres. Me parece maravilloso, quiero que otras mujeres vean que esto no es una carrera ni para hombres ni para mujeres, el género aquí no importa, todos somos capaces de desarrollar este tipo de actividades. Si contribuyo a interiorizar este mensaje, feliz”.

A la hora de lanzar un mensaje a los jóvenes leoneses, los dos investigadores coinciden en lamentar que la realidad es que la gran mayoría acaban buscando un futuro mejor fuera de León, incluso fuera de España. Pablo Álvarez destaca que su elección “tiene que ser un mensaje de esperanza, hay que revertir esa situación entre todos, luchar contra eso. Pero es difícil, es cierto que todo te empuja a marcharte de León, todos mis amigos que han estudiado una carrera se han ido de León, no queda nadie. Es un desierto, una situación muy triste porque implica dejar que se vaya un talento enorme”.

Sara insiste en que “algo está cambiando, el Parque Tecnológico es muy potente y cada vez atrae más talento. Además la formación que recibes en la Universidad de León es muy buena, te prepara para afrontar cualquier tipo de carrera. Por eso hay que aprovechar todo ese potencial, las oportunidades que hay. Muchos de mis amigos se fueron para ocupar puestos destacados, pero también están volviendo a León, sobre todo con el beneficio del teletrabajo”. Claro que en biotecnología la industria instalada en la capital es de las más potentes. “Como el trabajo que se desarrolla en la Universidad, excelente sobre todo si se tiene en cuenta que recibe escasos recursos”.

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