Diario de León

Tribunales

La Audiencia impone a La Mari 7,5 años de cárcel y obliga a la Caja a pagar 5,5 millones

La sentencia absuelve al marido y al hijo de la condenada y recalca que ella reconoció por escrito que era una estafa

León

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La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de León condenó anteayer a una pena de siete años y medio de prisión a M.C.S.V., considerada autora de un delito continuado de falsedad en documento mercantil, en concurso medial con otro de continuado de estafa «de especial gravedad por la cantidad defraudada y con abuso de relaciones personales», tras considerar probado que ideó una especie de estafa piramidal prevaliéndose de su cargo de secretaria de altos cargos en Caja España, gracias a lo cual acumuló alrededor de seis millones de euros procedentes de familiares, amigos y compañeros a los que hizo creer que en la entidad financiera se habían lanzado unos fondos de inversión especiales para personas selectas, que proporcionaban unos beneficios de hasta un 200% de rentabilidad. Sólo devolvió a los afectados cantidades por importe cercano al medio millón de euros.

La sentencia impone una responsabilidad civil subsidiaria de 5,5 millones de euros a Unicaja, como heredera de la extinta Caja España, que deberá retornar las cantidades no recuperadas a 139 perjudicados, alguno de los cuales había invertido hasta 382.000 euros.

Argumento

Llama poderosamente la atención a la sala que se autoinculpara por un mero pacto de silencio

Los 399 folios de la sentencia, redactada por los magistrados con agilidad en apenas trece días pese a su complejidad (fue ponente Ernesto Mallo, junto a Manuel Ángel Peñín y Carlos Miguélez), recogen de forma detallada el modus operandi de la condenada. «Dada su experiencia y situación cercana a altos directivos de la entidad financiera y el acceso que tenía a los datos de clientes, desde el año 2002 ideó un sistema para obtener dinero efectivo de parientes y personas allegadas, a las que informaba de determinadas inversiones en productos financieros, que estarían reservadas a los altos directivos y que, al alojarse en paraísos fiscales, producían una alta rentabilidad».

UNA BOLA DE NIEVE

Cuando la situación se hizo insostenible y no pudo devolver el dinero a muchos de los inversores, se produjeron reclamaciones a la Caja, que derivaron en una auditoría interna. «Llama poderosamente la atención de esta sala la afirmación que realiza la acusada de que reconoció los hechos ante el auditor de la Caja por ‘respetar un pacto de silencio’ y que se endeudase personalmente para ir pagando a los acreedores que reclamaban y extorsionaban, pues nadie en buena lógica se reconocería autor de hechos delictivos, con las consecuencias penales, civiles y las familiares y sociales que ella misma apunta, ni se comprometería con deudas asumidas personalmente por un mero pacto de silencio con sus superiores o para no perjudicar a sus compañeros con eventuales despidos», dice la sentencia.

Siguiente fase

Los 139 afectados deberán esperar ahora el recurso que se presentará ante el Tribunal Supremo

Quedan absueltos el marido y el hijo de la condenada. Su cónyuge, «pensaba que no era culpa de su mujer el que no se pagasen los intereses y por eso no quería que su esposa se endeudase y que nunca tuvo la sensación de que todo esto pudiera ser ilegal». Y su hijo, «porque admite los ingresos en su cuenta (llegó a tener un saldo de 115.000 euros siendo un estudiante sin oficio), pero dice que no se quedaban allí, sino que hubo tantas salidas de dinero como entradas».

Las costas procesales deberán ser satisfechas en un 50% por la condenada y el otro 50% se declara de oficio. Contra la sentencia cabe recurso de casación ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo.

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