Diario de León

Tribunales

La Audiencia ordena archivar un caso de abusos sexuales entre adolescentes

No aprecia delito en que un joven de 19 años enviara fotos de sus genitales a una niña de 13

León

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La Audiencia Provincial desestimó el recurso de la familia de una adolescente de trece años a la que un joven de 19 envió fotos de sus genitales. Considera la Sección Tercera que es creíble la versión de que los muchachos no mantuvieron relaciones sexuales, por lo que desestima la versión de la acusación.

«Estas actuaciones traen causa de la querella presentada los padres de la muchacha, de 14 años de edad cuando se interpuso la querella en abril de 2020, y que el 16 de septiembre de 2017, con 13 años de edad, inicia un contacto continuado con el querellado de 19 años de edad, situación que parece haberse prologando hasta la actualidad», dice la sentencia. Se añade que, terminadas las vacaciones escolares, los querellantes son conscientes de que su hija menor y el querellado mantienen conversaciones vía whatsapp sin prestar mucha atención ni darle importancia, pero después, conocedores de que este era una persona problemática, decidieron requisarle el teléfono móvil que usaba constatando la intensidad de las mismas y lo dañinas que podían ser para su hija menor, prohibiéndole seguir manteniendo contacto con él.

El inicio
La denuncia fue presentada por los padres de la menor, que no consentían la relación

Pasado el tiempo, descubrieron que ambos seguían manteniendo contacto telefónico indicándola el querellado cómo realizar el acto sexual y cómo le gustaría, en concreto, realizarlo con ella. Ante ello, los querellantes prohibieron a su hija menor usar su teléfono móvil y cualquier otro medio informático a través del cual pudiera relacionarse con el querellado, volviendo a comprobar luego, en junio de 2018, que seguían manteniendo contactos telefónicos y prohibiendo a su hija relacionarse con él, descubriendo que la menor tenía otro teléfono móvil que el supuesto autor de los hechos le había entregado y que, pese a ser encriptado, lograron extraer una serie de conversaciones y fotografías.

En la exploración judicial la menor dijo que quería al acusado, que este le mandaba los mensajes cuando se enfadaba, que habían hablado de marchar de casa cuando tuviera 16 años de edad, que él nunca abusó sexualmente de ella ni habían mantenido relaciones sexuales aunque besos sí, que cada uno había hecho su vida y que si les hubieran dejado a ella y a su novio arreglarlo, las cosas habrían ido mejor y que si les alejaban no iban a arreglar las cosas.

Por su parte, el investigado declaró que tenía 19 años, que eran novios, que no habían tenido relaciones sexuales solo se habían dado besos y abrazos, que había querido mucho a la menor pero que ahora pasaba de líos, que nunca la había propuesto abandonar la casa ni enviado fotografías en la ducha donde se ve su pene añadiendo que estarían en el móvil que le dejó a y que nunca había tenido ocasión de amenazar.

En los informes emitidos por el forense se dice que la niña, de 15 años de edad en el momento de la instrucción, no padece ninguna enfermedad o trastorno psicológico o psiquiátrico de interés para las actuaciones, comprobándose un correcto grado de desarrollo, de unos dos años superiores a su edad biológica, teniendo claro conocimiento del significado y alcance de las relaciones y actos sexuales.

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