El Ayuntamiento encarga con 50.820 € una nueva marca para vender la ciudad

Por encima de Cuna del Parlamentarismo, más allá de Manjar de Reyes e, incluso, a mayores de Ciudad de Semana Santa, León encargará otra marca. El Ayuntamiento de la capital leonesa empleará 50.820 euros para la contratación  una nueva imagen de estrategia turística que represente «a la ciudad de León como destino por sí mismo». «Necesitamos una marca de León que sea reconocible y contundente. Una marca única que permita desarrollar sus submarcas. La nueva marca ha de aportar la información acerca de la ciudad, su posicionamiento y todas sus posibilidades», como se recoge en los pliegos de condiciones del concurso con el que el consistorio quiere elegir a la empresa especializada que defina el proyecto.

El encargo debe servir para la creación de una marca que identifique a León como «destino memorable, diferenciado y con encanto», como se cita en el documento, en el que se insiste en que se tienen que «cumplir todos los requerimientos y cubrir todas las necesidades para poder ofrecer un servicio óptimo, tanto a los residentes como a los turistas». El encargo reseña que ha de aprovecharse «al máximo los recursos existentes y generar nuevos adaptados a las posibles oportunidades», tras incidir en que la «propuesta de valor diferencial» tiene que centrarse en «el pasado histórico de relevancia, los espacios monumentales únicos, las horas anuales de sol, la hospitalidad, la calidad de vida, las variedades vinícolas únicas y la cuna del parlamentarismo».

Todas estas cualidades se tendrán que resumir en una «marca matriz» que «posea esa identidad propia», que se considere «atemporal» y en la que se muestren «algunas características como el destino diferenciado, el encanto, el bienestar estando en León, la luz y color, el carácter», y la sensación de «ciudad acogedora, segura, con ambiente, tranquilidad, gastronomía y monumental».

La considerada «marca paraguas» tiene que albergar «las diferentes líneas estratégicas que como destino turístico se quiere potenciar y que también se deberá desarrollar». Este segundo nivel contienen «diferentes unidades o nichos de negocio con identidad específica y valores propios que las diferencien de la marca matriz en la que se engloban, pero sin perder la identidad corporativa de la misma». En la estrategia se apuesta por una serie de «submarcas». Aquí aparece la «cuna del parlamentarismo», que fue la imagen con la que ya hace dos mandatos se empezó a promocionar León en todas sus comunicaciones para asentar la importancia de las Cortes Leonesas de 1188, reconocidas por la Unesco «la referencia al sistema parlamentario europeo más antiguo que se conozca hasta el presente». Pero a su mismo nivel se expone que tienen que identificarse otras imágenes de destino secundarias de la ciudad como el «turismo de congresos y eventos», en el que se vendan el potencial de «las infraestructuras» con las que se cuenta»; el «turismo idiomático», que se apunta como un «recurso que genera una actividad de gran rentabilidad y con unas importantes perspectivas de crecimiento y expansión»; y el «turismo gastronómico», que logró una mayor repercusión con la elección de la ciudad como «Capital Española de la Gastronomía» en 2018, a partir de la candidatura basada en el sello «León, Manjar de Reyes».

A mayores, se especifica que tienen que definirse otras submarcas». Los pliegos señalan que se tendrá en cuenta el potencial de «León, Film Office» con la que «promocionarse como escenario idóneo para la producción audiovisual»; la consecución de una marca como ciudad de «turismo compras, basado en los diversos mercados, en varias zonas comerciales, donde confluyen tiendas con historia, artesanía y antiguos oficios, así como nuevos comercios que dotan al destino de una gran gama de productos»; y de «turismo deportivo», dado que, aunque se reconoce que «es un producto que no está todavía muy desarrollado», León dispone de las instalaciones e infraestructuras necesarias». En suma, según se reclama, «estas siete submarcas tienen que funcionar de forma independiente, y convivir dos de ellas, varias e incluso todas». «Siempre bajo la imagen principal de León, respetando su jerarquía. La marca León tiene que ser un símbolo fácil de reconocer, que además conecte con los ciudadanos de León y los visitantes, generando un recuerdo amable, atractivo, sincero y duradero», se encarga.