Bandas arboladas de cinco metros

La nueva normativa del polígono industrial tiene un planteamiento de dispersión de las superficies denominadas ahora Espacios Libres Públicos, que se distribuyen como bandas arboladas de al menos cinco metros de ancho, de forma que sirvan de «elementos de transición con el medio circundante». Una reforma que se hace porque la agrupación de estos espacios que se fijaba en el ordenamiento anterior «no redunda en absoluto en la mejora de su calidad ni de su funcionalidad».

Por lo que se refiere a las parcelas industriales propiamente dichas, su calificación se reduce de tres a dos categorías, «limitando la diferencia de tratamiento urbanístico entre ambas condiciones de las parcelaciones». Y se establece también la definición de las condiciones de posición de las nuevas edificaciones, y se limita la altura máxima de edificación de tres a dos plantas.

Estas reformas no suponen una modificación del terreno puesto a disposición de cada concepto urbanístico, de forma que la reserva de dotación de equipamientos públicos sigue siendo de 77.240 metros cuadrados; y la de dotación para espacios libres públicos se mantiene en 203.950 metros cuadrados, aunque divididos de otra manera.

Y aunque se amplía la superficie de aprovechamiento privativo, se reduce la edificabilidad.