Burgos y Cuenca relegan a León en la puja por los estudios penitenciarios

León contaba con grandes esperanzas en su aspiración por el centro nacional de estudios penitenciarios; un modelo de instrucción a imagen y semejanza de una academia policial, pero destinado a impulsar la formación final de los funcionarios de prisiones antes de comenzar a prestar servicio en las cárceles y una vez que lograran aprobar la oposición.

La ilusión de León por este centro resulta proporcional a las declaraciones y gestos políticos que ponían a la capital leonesa en primera línea de los aspirantes a acoger este proyecto del Ministerio del Interior. Esperanza, hasta que afloró el orden de preferencias de los responsables del Gobierno por encontrar una ubicación idónea para esta academia. Burgos y Cuenca están al frente de un puñado de enclaves, en los que perviven las dos ciudades castellanas después de filtrarse las preferencias ministeriales por la condiciones de las ofertas.

A la relación de ofertas registradas en la ventanilla del Ministerio de Interior, se sumaron Cáceres y Soria; con el mismo resultado que la propuesta leonesa, refrendada por destacados políticos socialistas leoneses, que llegaron a incluir la defensa de esta candidatura en su agenda de compromisos diarios. La evaluación de cada propuesta aleja a León de ese objetivo de beneficiarse con un soporte que añada actividad al entorno económico y social tan deteriorado que sufre.

Fuentes ministeriales ubican la las ciudades de Cuenca y Burgos como las mejor colocadas para ser sede de este centro de estudios que tiene el propósito de inducir un grado de mayor profesionalización a la formación de los funcionarios de prisiones. Una, la conquense, por la profundidad de sus aspiraciones, que se remontan años atrás, incluso cuando el proyecto había desaparecido del ángulo de acción del propio Ministerio de Interior, agotado por la falta de recursos financieros que agotó gran parte del registro de intenciones del último gobierno socialista.

La burgalesa, porque ha podido recomponer en las últimas semanas el borrador que sustentaba el contenido de la oferta de esta ciudad castellana, con aportación alternativa de sedes y una estructura más acorde con las preferencias que muestran los responsables de la secretaría de Estado de Instituciones Penitenciarias. Representantes de la política en Burgos ya no ocultan su satisfacción por el posicionamiento final de su candidatura en la pugna final por la sede, en la que se da por hecho que definirá el pulso con Cuenca.

Hasta este momento, León había expuesto algunas acciones de gestión y reflejos administrativos para poder hacer viable la opción de disponer un centro formativo que moviera de forma estacional alumnos y actividad, económica y educativa. En ese empeño, se promovió desde los dirigentes socialistas y cargos electos del mismo partido político, la implantación de nuevos grados formativos en la Universidad de León, relacionados con el ámbito de la seguridad, que podían terminar por dar mayor empaque a la apuesta leonesa por crear, avanzar y disponer de nuevos medios de desarrollo.

El centro de estudios penitenciarios salió a relucir por primera vez en 2008, cuando desde el Gobierno de Rodríguez Zapatero se indujo a la creación de esta academia para noveles funcionarios. Ya entonces, se propuso León como sede. Luego, al desempolvar las partituras de la creación, se incluyó la sede de la vieja cárcel de León, ese edificio ahora dedicado al entramado del proceso de reinserción para reclusos, como sede para acoger el centro formativo. Otras ciudades podrían haber avanzado ya en la pugna.