Diario de León

Las Cabezadas vuelven a enfrentar al Ayuntamiento con el Cabildo isidoriano

Cabezadas 2021. MARCIANO PÉREZ

Cabezadas 2021. MARCIANO PÉREZ

León

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Lejos de la sequía que alimentó la leyenda, el último domingo de abril saluda la vuelta de la ceremonia de las Cabezadas. Con el parte meteorológico repleto de paraguas en el prólogo, aunque sin previsión de lluvia para hoy, León volverá a vivir el histórico debate en el que el Ayuntamiento de León y el cabildo isidoriano dilucidan, si es foro u oferta, la ofrenda que hace la ciudad por el milagro que acabó con el agostamiento que sufrían los campos leoneses en el siglo XII. Nueve siglos después, y tras dos años condicionados por la restricciones sanitarias, la ceremonia se celebrará desde las 11.30 horas cuando la delegación municipal parta con el pendón como heraldo desde San Marcelo para llegarse hasta San Isidoro, donde les esperan los canónigos alrededor de las 12.00 horas.

La historia datada por Lucas de Tuy cuenta que los vecinos sacaron los restos del santo en procesión y, llegados al lugar donde después se levantó la ermita de San Isidro del Monte, en Trobajo del Camino, tuvieron que parar porque en eran capaces de moverlos. Entonces, aconteció un aguacero que acabó con los llantos, pero sin que hubiera manera de levantar el arca. Tuvo que interceder la reina doña Sancha, al tocar las andas, para que se pudiera retornar el cuerpo a la basílica, con el compromiso del pueblo de nunca más volvería a sacarse.

El episodio entretiene el debate intelectual en el que un síndico municipal, que este año será la concejala de Bienestar Social, Vera López, defiende que la ofrenda que hace el pueblo tiene carácter voluntario. Frente a esta postura se posiciona el representante del cabildo de San Isidoro, que tendrá como portavoz al capitular y párroco Luis García, para asentar que se trata de una obligación que se trata de un voto y obligación su presencia en el patio de la colegiata cada año. Cada cual con sus argumentos se enredarán en un diálogo que —no se entienda como con intención de destripar el desenlace— no tendrá entendimiento.

La delegación municipal se retirará, tras entregar el cirio de «arroba bien cumplida» y, en la plaza, el alcalde, con los canónigos a la puerta, golpeará el suelo con el bastón del mando para marcar el momento en el que los munícipes se giran y se despiden con una marcada inclinación. Antes de encarar la calle del Cid de vuelta a San Marcelo, en los sitios señalados, habrá dos reverencias más para mostrar el respeto. En ese gesto bautizó el pueblo la ceremonia como las Cabezadas.

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