Diario de León

Sanidad

Uno de cada cinco pacientes de cáncer no fue diagnosticado el año del covid

El miedo hizo a 2.000 enfermos retrasar sus pruebas y 5.800 se aplazaron o no se programaron

León

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La respuesta sanitaria frente a la pandemia dejó grandes lecciones de vida, pero también destapó varios agujeros del sistema para llegar a los enfermos del resto de patologías. De hecho, el miedo de los leoneses a acudir a sus pruebas médicas y contagiarse y la cancelación o el aplazamiento por seguridad de decenas de otras consultas programadas antes de la irrupción del covid se reflejó en una cruel estadística del Observatorio de Atención al Paciente que indica que uno de cada cinco nuevos pacientes de cáncer no fueron diagnosticados en 2020 o resultaron diagnosticados más tarde.

Como consecuencia, los oncólogos prevén que el 20% de los tumores que se detecten ahora muestren fases más avanzadas, con menos opciones terapéuticas y comprometiendo la supervivencia del paciente. Así que junto con el aumento de casos tumorales que se vienen registrando año a año, se tendrá también que hacer frente a ese porcentaje no rastreado a tiempo.

Fases más avanzadas

La demora en detectar la enfermedad permite que ésta se extienda con menos opciones de curación

El presidente de la Asociación Española contra el Cáncer en León, Estanislao Calabuig, reconoce que en 2020 se constataron retrasos en el ámbito diagnóstico «por el miedo de muchos pacientes a ir e infectarse». Por eso desde la organización «se hizo hincapié en que se atrevieran a acudir a sus citas porque había circuitos diferenciados y se cumplían los protocolos escrupulosamente, y parece que se está normalizando», indica.

Otra cuestión fue, según Calabuig, la problemática de falta de oncólogos en el Bierzo que generó un malestar que llegó a la asociación por las posibles pérdidas de oportunidad de curación y forzó que esos pacientes tuvieran que ser asumidos desde León «con un gran sobreesfuerzo que agradecemos».

Falta de oncólogos

Calabuig recuerda que generó problemas en el Bierzo y León se hizo cargo «con un sobreesfuerzo»

La actividad diagnóstica se redujo especialmente en la primera ola porque la emergencia del coronavirus se comportó como un agujero negro que absorbió recursos humanos, terapéuticos, tecnológicos y técnicos. Una cuestión que se intentó revertir en los dos trimestres siguientes con un esfuerzo titánico como demuestra que las 12.708 pruebas diagnósticas que estaban pendientes se lograron rebajar a principios de 2021 a 3.600 y las 8.273 intervenciones quirúrgicas a casi 4.000.

En ese sentido, en medio de los retrasos que afectan a las patologías no covid, la buena noticia es que el Complejo Asistencial Universitario de León concluyó al menos 2020 con sus 117 enfermos de prioridad 1 (oncológicos urgentes) intervenidos a tiempo antes de 30 días.

Pacientes relegados

El covid se comportó como un agujero negro que absorbió recursos humanos, terapéuticos y tecnológicos

Respecto a las pruebas, el temor al contagio llevó a 2.000 pacientes a retrasarlas. Unos aplazamientos voluntarios que fueron especialmente significativos en el caso de las ecografías, ya que 1.137 enfermos pidieron suspenderlas. En mamografías, 390 leonesas renunciaron a someterse a ellas en la fecha concertada y otras 289 personas a las Tomografías Axiales Computarizadas (TAC) que tenían programados, mientras para las resonancias magnéticas casi no se registraron solicitudes de dilatación de la cita (sólo 2). No obstante, renunciar a las pruebas diagnósticos no resultó baladí.

Esperas de 307 días

La media para lograr una nueva mamografía tras pedir aplazar la programada fue de diez meses

Quienes estaban pendientes de una mamografía y pidieron aplazarla tuvieron que esperar de media hasta 307 días para otra cita (cinco veces más) y 224 días si precisaban una ecografía (ocho veces más). Para una resonancia lograron otra prueba en tres meses y para un TAC en 22 días. La situación que atravesó el Hospital también afectó al número de pruebas que se efectuaron, con 3.365 diagnósticas aplazadas por cuestiones clínicas y 2.500 personas sin asignar cita para su primera resonancia, TAC o mamografía. El código ictus sólo se activó un 28% en el año de la pandemia.

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