Diario de León

Cambian el ipad por cartón

Son nativos digitales, niños que han crecido al cobijo de los smartphones, las videoconsolas e Internet. La Fundación Cerezales consigue que se diviertan con cajas de cartón. Juguetes, armaduras, animales o castillos. Todo construido y diseñado por ellos. Un juego de niños..

rubén delgado

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León

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¿Qué ocurre si juntas a 20 niños y 1.100 cajas de cartón? El resultado es sorprendente: máscaras, robots, porterías, balones de fútbol, un gorila-trono con gorro ruso, cascos, armaduras, dinosaurios, jirafas, taburetes. Todo un auténtico derroche de creatividad.

«Es maravilloso ver que los niños de la generación ipad juegan y construyen su realidad con el cartón», declara Ignacio Bautista, uno de los socios de Moho Arquitectos, creadores de la iniciativa Cartón Lab.

La fundación Cerezales ha sido quien ha importado la idea a León, dentro de su programación de verano Encerezados. «Nuestra intención es fomentar la creatividad, en este caso conseguir que los niños fabriquen objetos con materiales que no suelen usar para ese fin», comenta Lucía Alaejos, trabajadora de la fundación.

La actividad, que finalizó el viernes, tuvo una duración de cinco días. El primero de ellos trabajaron con maquetas pequeñas sobre las que crearon los prototipos. Durante los días siguientes se fueron familiarizando con el material y personalizando las creaciones. «La respuesta ha sido muy buena. A pesar de ser más complicado con niños, estos nos aportan más, los universitarios son más pasivos. Los chavales nos ayudan a ver las posibilidades que tiene el cartón, nos da un aire nuevo», confiesa Ignacio.

Los niños vienen de toda la zona. Muchos viven en Cerezales, otros no. Aitana, Lucía y Carmen acuden a las actividades desde los cinco años. Cuentan que ahora ven el cartón de una forma distinta y aseguran que lo van a reciclar y reutilizar.

«Prefiero esto que los videojuegos. Aquí estás activo y en la consola tienes que jugar solo», confiesa Aitana.

Están muy contentas de que la fundación esté en su pueblo. De lo que más orgullosas se sienten es del castillo y la jirafa que han hecho entre todos. «Es fácil inventarlo pero construirlo es dificil, aún así lo hemos conseguido», dice Carmen.

Aseguran que se han dado cuenta de que el cartón vale para muchas cosas y creen que con este taller han aprendido a construir. «Además hemos conocido a nuevos amigos», concluye Lucía. El año que viene prometen repetir.

Para ello hay que darse prisa, pues las inscripción se realiza a mediados de junio a través de la web y las plazas se cubren en los primeros días.

Roberto es padre de Guillermo, vienen de Navatejera. Tanto él como su hijo acuden a las actividades de la fundación. Confiesa estar muy contento de que su hijo, en este taller, trabaje con los demás y que retome el contacto con niños que no veía desde hace tiempo.

«Las actividades son muy interesantes, de alta calidad, completas y educativas», explica Roberto.

guillermo otero

leonalsol@diariodeleon.es

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