Diario de León

Unas Cantaderas con típex y bandera de León

El Cabildo reclama unos percebes al alcalde y le pide que borre que acude "voluntariamente" a rendir el tributo a La Virgen de Regla
El regidor defiende que el pueblo de León acude "libre" y pide que la Catedral ondee la bandera de León algún día del año

León

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No pudo ser. El capitular del Cabildo, Mario González, le "dio la oportunidad" al síndico municipal José Antonio Diez de ser "sabio", porque el sabio "puede cambiar de opinión, el terco nunca", para que admitiera que viene obligatoriamente a rendir tributo a la Virgen de Regla por haber ayudado a ganar la batalla de Clavijo que liberó de entregar al emir de Córdoba cien doncellas.

El alcalde reiteró que el pueblo de León viene "libre y voluntariamente".

 

Pero eso sí, en su debate en el Claustro de la Catedral, bajo un sol de justicia y rodeados de autoridades y vecinos, salió a relucir Tudanca, los enemigos, el aniversario de boda del regidor, una revista y hasta unos percebes.

Por partes, Diez defendió que "ni el rey, ni la Junta, ni el Gobierno, ni los fondos Next Generación sufragan el tributo que trae voluntariamente el pueblo leonés" y rogó al Cabildo que aceptara la ofrenda "voluntaria de una ciudad que sabe soñar en el solar más antiguo de España".

Una ofrenda en forma de bandera de León, la que ayer mismo colgaba de la casa consistorial y que desprendió el alcalde para entregarla a la Iglesia con la petición de que "al menos ondee una vez al año en la Catedral".

González valoró que la primera intervención del síndico municipal, a quien se refirió siempre como Señor Regidor Mayor, se había centrado en el pasado, que habría que utilizar "como un trampolín para el futuro y no como sofá donde quedemos anquilosados".

Agradeció a Diez lo que hace por León, "aunque a veces le cueste un disgusto, pero si los de dentro le tratan mal, ya le tratamos bien los leoneses". Le advirtió que con amigos como Luis Tudanca (secretario del PSOE en CyL) no necesita enemigos, y le animó a enfocar los problemas como un reto que seguro "resuelve con celeridad y acierto como otros".

También le felicitó por cambiar el letrero de León en la Catedral porque decenas de fotos caminan por el mundo. Después del jabón, vino el agua fría y el representante del Cabildo le espetó al alcalde que sabe por toda la documentación del archivo municipal que el tributo es "obligatorio, aunque haya hecho un discurso muy periodístico, pero con manipulaciones".

Para ganar el aplauso del público, matizó que la categoría de lo que se celebra en el acto de Las Cantaderas, en el Foto u Oferta, es "una fiesta femenina e identitaria del Reino de León" y reclamó un aplauso para las mujeres y las madres.

El regidor le agradeció sus "exquisitas palabras" hacia él y León, pero no entró al trapo de las cuitas políticas. Dijo que el pueblo de León ha sufrido muchísimo a lo largo de su historia, lo que ha forjado su carácter, y al que se "forzó sin escucharle a estar donde no quiere. Ese forzamiento a una Comunidad que no ha hecho más que intentar borrar nuestra historia y nuestro legado, y eso no lo vamos a permitir". Lo que arrancó otro sonoro aplauso.

Apuntó que al repasar las caras de los vecinos veía alegría y no disgusto por venir a traer un tributo, lo que acreditaba la voluntariedad del acto, aunque "la historia exige que ustedes mantengan la tozudez para poder seguir celebrando está tradición ojalá otros miles de años más".

Diez recordó en clave personal que ese día a 300 kilómetros de allí se casaba en Galicia con su esposa, a lo que el representante de la Catedral le contestó que en el pueblo original de su esposa "hay buenos percebes y algún día podría tener un detalle". Mario González aludió a una revista, el número 9 de la Catedral donde Diez lanza unos piropos a la Catedral y unas palabras bonitas. Pero le interpeló "por qué arruina ese buen artículo poniendo voluntariamente al acto del tributo, fíjese que la revista llega a cuarenta países y así se expande el error". De ahí que el Cabildo regalara dos típex para que el regidor borre esa palabra ejemplar a ejemplar.

Al final tablas y abrazos. La discusión continuará con un café.

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