Carlos Fernández, el ‘sucesor’

En 2013, diez años después de que los mariachis cantaran de corrido en la Bolsa de Madrid para celebrar el estreno en el Latibex del Grupo Modelo, y los agentes pudieran negociar sus acciones con esa música, una botella gigante de Coronita y guacamole, el emporio levantado por los leoneses Pablo Díez y Antonino Fernández se vendió a la belga Anheuser-Busch InBev en 20.100 millones. El capital líquido del Grupo Modelo mareaba. Facturaba más de 4.000 millones de euros sólo por la venta de sus cervezas, que circularon por 170 países en 30 millones de barriles. Carlos Fernández fue el sucesor de la peculiar saga de empresarios. En noviembre de 2014 fue nombrado consejero independiente del banco de Santander a escala global. También se ha convertido en el tercer consejero con mayor participación accionarial, sólo por detrás de los dos hermanos Botín: Javier y Ana, hijos de Emilio Botín, fallecido hace dos años. Fernández posee cerca de 15,5 millones de acciones de la entidad española, con un valor aproximado de 55 millones de euros, lo cual representa el 0,11% de su capital, según los datos del propio Santander. Según expresó en su visita a León referente a sus antecesores, «hay que recordar la voluntad de gente que siempre quiso hacer el bien» en la provincia. En León capital ha instalado la sede social de la fundación Cepa, en la antigua Casona de los Pérez. Su misión es facilitar el desarrollo económico y social; promover actividades asistenciales de cultura y educación y el desarrollo humano e intelectual, especialmente, de las personas más necesitadas.