Diario de León

Adiós a lonas y andamios

La catedral se destapa

Tras meses de obras de restauración en el gran rosetón central, por fin se han retirado las lonas y andamios que ocultaban toda la fachada principal de la catedral de León

Retirada del andamiaje de la fachada principal de la Catedral de León

Retirada del andamiaje de la fachada principal de la Catedral de León

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La catedral de León recupera su gran ojo de cristal. Y lo hace antes de lo que estaba previsto. Las obras de restauración de la fachada principal apuntaban a su finalización en 2020 pero en las últimas horas han sido retiradas los andamios y la enorme lona que ocultaba la fachada con un dibujo simulando la mejor cara de la Pulchra. 

La delicada intervención en la fachada principal de la Catedral obligó a adoptar medidas excepcionales de seguridad, como fue la colocación de varios puntales, ante el descomunal peso del andamio instalado para bajar el rosetón central..

 La colocación de un colosal andamiaje para restaurar el rosetón central obligó a afinar los cálculos en un edificio de probada fragilidad. A pesar de que los ingenieros consideraron innecesario reforzar las tres arcadas de la fachada principal, al final se decidió no correr ni el más mínimo riesgo.

La Catedral, con las nuevas pilastras metálicas, el gigantesco castillo de andamios que tapa prácticamente la entrada principal y sin esculturas en esta fachada occidental desde 2009, mostró su peor cara durante año y medio. 

 Para ‘disimular’ se colocó una lona con el alzado del edificio. Al otro lado del muro se mantiene la plataforma que hace años estuvo abierta al público y que permitirá ‘descolgar’ con mayores garantías el gran ojo de la Catedral, que no se ha tocado desde la magna restauración que sufrió el edificio en el siglo XIX.

Además, se ‘fumigó’ la portada occidental, para eliminar musgos, líquenes y toda la vegetación parásita que ha ‘colonizado’ la piel de la Catedral. El siguiente paso fue restañar heridas, especialmente en algunos pináculos que sufren daños apreciables. La delicada restauración del gran rosetón será una operación sin precedentes.

El vitral, de ocho metros de diámetro, data de finales del siglo XIII, con la Virgen con el Niño en el centro, rodeados por doce ángeles. En la colosal reconstrucción que hace más de un siglo evitó el desplome de la Catedral, de los 30 metros cuadrados del rosetón se conservaban 23, repartidos en más de 70 paneles, que precisaban una reparación urgente; a ellos hay que añadir los que estaban en situación crítica o habían desaparecido, hasta completar el número de 85 que originariamente formaban esta espectacular vidriera circular.

Según Víctor Nieto Alcaide, uno de los mayores especialistas en vidrieras del mundo, las labores de restauración y renovación se fundieron y confundieron entonces. «En la restitución hubo una labor de falsificación», sostiene, al utilizarse vidrios antiguos «de procedencia incierta» para la realización de nuevas vidrieras.

El gran ojo de la Cultural vuelve a brillar. ICAL

 

Nuevo taller

 

Los trabajos de limpieza y restauración de los cristales del rosetón se llevaron a cabo en el nuevo Taller de Vidrieras, que traslada su ‘cuartel general del antiguo Seminario Mayor y futuro Museo de la Semana Santa a un antiguo edificio de la calle Dámaso Merino, que durante años fue usado por la Concejalía de Juventud para el programa de ocio Espabila.

Aprovechando esta ‘torre Eiffel’ de hierros, los trabajos no se limitaron a la restauración de la gran cristalera y la piedra que lo sustenta, sino que se rehabilitó todo el hastial. Sufre las mismas patologías que el hastial sur, que durante una década ha estado protegido por una marquesina. Las grapas de bronce y azufre con las que literalmente ‘cosieron’ ambas fachadas, con el tiempo han resultado dañinas, porque acabaron por resquebrajar la piedra.

La rehabilitación de la gran cristalera, que dejará tuerta a la Catedral, corre a cargo de la Fundación Cepa —los empresarios de la cervecera mexicana Modelo, Cesáreo y Pablo González—, que sufragará los 398.000 euros que cuesta reparar una de las ‘joyas’ del templo gótico. En 1859 el arquitecto Matías Laviña detectó profundas grietas en este rosetón. Dos años después se talaban 400 pinos para llevar a cabo un complejo andamiaje que permitiera desmontar el gran vitral. Ahora en lugar de madera los pilares serán de metal, pero la operación será igual de arriesgada.

Se esperaba que la catredral tardase en recuperar su gran ‘ojo’ hasta mediados de 2020. Ha sido antes.

https://www.diariodeleon.es/articulo/cultura/catedral-mas-fea-hace-taquilla-13-millones/201911190232251959263.html

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