Diario de León

San Nicolás de Bari suma un servicio de cátering a su oferta de jardinería, taller y manipulado

Los centros especiales de empleo logran integrar ya a 541 discapacitados en León

Asprona fue pionera en buscar trabajo a minusválidos en 1987 y hoy es la que más contratos mantiene

Varias mujeres realizan el embalaje de ropa interior en el centro San Nicolás de Bari de Asprona

Varias mujeres realizan el embalaje de ropa interior en el centro San Nicolás de Bari de Asprona

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Pilar Infiesta - quintana de raneros
León

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León se ha convertido en la provincia autonómica con mayor número de centros especiales de empleo, 42 de los 120 que existen, y que dan trabajo a 541 minusválidos de los 1.200 de la comunidad. Asprona, la pionera en integrar a discapacitados en el mundo laboral desde 1987, ofrece ya la quinta parte de esos contratos y se plantea, de cara al 2005, abrir nuevas salidas profesionales a sus asociados. De hecho, acaba de poner en marcha desde San Nicolás de Bari, en Quintana de Raneros, un servicio de cátering que abastece a los dos colegios públicos de Santovenia de la Valdoncina y al centro de Asprona-Bierzo. De media, elaboran 180 menús gracias a cinco cocineros -tres sin minusvalía- y seis ayudantes que se estrenaron como camareros en el pincho de Navidad de la gerencia de Servicios Sociales. Entre su oferta, se proponen realizar también paelladas colectivas para las fiestas de los pueblos, meriendas, canapés para recepciones y comidas. El responsable del área de empleo, Juan Luis Cantón, reconoce que Asprona se adelantó a otras organizaciones hace dieciocho años al apostar por el primer centro especial de empleo de León, donde hoy ya trabajan cien personas con contrato indefinido. «Nuestra labor -precisa- es conseguir puestos de trabajo de cierta calidad y estables, por eso es muy raro que realicemos contratos temporales». La plantilla revisa y limpia las devoluciones de libros de Everest, se encarga del embalaje de la ropa interior y de baño de Teleno y de la limpieza de El Corte Inglés y la zona de la Tabacalera, en La Serna. Además, realizan armazones de madera para muebles y premarcos y colaboran en el taller metálico. El camino de la formación Una de las áreas que llena de más orgullo a Asprona es la gestión del aparcamiento de Eras de Renueva desde hace dos años y medio, gracias a un convenio con el Ayuntamiento. «Comenzamos sólo con minusválidos físicos y hemos ido incorporando a discapacitados psíquicos, que han demostrado que pueden cumplir perfectamente los turnos de noche, de mañana o tarde, sintiéndose responsables de su labor», indica. En San Nicolás de Bari también han habilitado 3.600 metros cuadrados de invernaderos con lechugas y tomates que venden en la provincia. Sin embargo, para llegar a ese punto, la labor no ha sido fácil. Asprona prepara a los futuros empleados con cursos de formación duros que les enseñan habilidades manuales, disciplina y cómo comportarse en el mundo laboral. No todos lo logran, «pero sí una mayoría de los que participan», precisa. Cantón no ignora que, a veces, se hace la manga ancha con alguno de estos trabajadores, pero en líneas generales «todos dan la talla y cumplen su horario de ocho horas. Como en otro colectivo, hay empleados más aplicados, otros que se intentan escaquear y otros normales, pero no registran más bajas que el resto de trabajadores». El empleo es, a su juicio, «la mejor forma de integración de los minusválidos», porque les permite ganarse su salario y ser independientes. Asprona supervisa la evolución de cada uno de los trabajadores y, en muchos casos, también les busca pisos tutelados para evitar que se tengan que desplazar a diario desde sus localidades.

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