Diario de León

Cerca de 150 soldados están pendientes de la decisión final

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El Grupo de Obtención por Sistemas aéreos está formado por cerca de 150 soldados altamente especializados que desde el verano viven con la «incertidumbre» de cuál será el destino de su unidad, si permanecerá en León o finalmente será trasladada a La Rioja. Desde Defensa siempre han destacado que a pesar de que esa decisión no está tomada, sí se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de mover al Grosa a Agoncillo. Es allí donde el Ejército de Tierra cuenta con un helipuerto para el Batallón del Helicópteros de Maniobra III. Entre las condiciones, la pista no está asfaltada —los helicópteros no la necesitan—, con lo que no sería adecuada para las operaciones del RPAS con el que opera el Grosa y, además, sería preciso segregar un nuevo espacio aéreo para las operaciones de la unidad, además de la construcción de un hangar para acoger a los aviones tripulados remotamente.

El Searcher, el RPAS con el que cuenta la unidad, tiene una envergadura de casi seis metros y más de 8,5 de largo. Su techo de vuelo es de 20.000 pies y una autonomía de seguridad de diez horas. El potencial de este equipo es lo que en el argot se conoce como carga útil, es decir, la cámara que lleva incorporada que permite tomar imágenes con gran nitidez tanto de día como de noche.

El equipo que integra el Grosa continúa realizando sus operaciones de vuelo y sus maniobras a pesar de las dudas sobre cuál será el destino definitivo de la unidad. Así, el Searcher continúa despegando y aterrizando en el Aeródromo Militar de León cumpliendo todos los planes programados para desarrollar las capacidades operativas de esta puntera unidad del Ejército de Tierra.

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