Diario de León

La economía local, en riesgo

El «cierre encubierto arruinará a la hostelería» y destruirá 15.000 empleos

Los gimnasios no entienden por qué la Junta les «mete en el mismo saco» a pesar de los beneficios que implica el deporte

León

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La hostelería no aguanta más. El cierre del interior de los establecimientos, que desde la medianoche de ayer solo pueden tener abierta la terraza, y a la mitad de su aforo, llevará «a la ruina» a cientos de negocios de la provincia que en los diez meses de restricciones no han recibido ni un solo euro de las ayudas prometidas por la Junta y el Gobierno.

Raúl Martín (Cafeteate). RAMIRO

Sí les han llegado las facturas y les han cobrado los impuestos las distintas administraciones. «Es una auténtica vergüenza, una tomadura de pelo y un vacile». Así resumía ayer el presidente de la asociación provincial de hostelería, Martín Méndez, la sensación que tienen en estos momentos miles de autónomos de León ante el endurecimiento de las restricciones en los bares y restaurantes. Están indignados. También afectará a los gimnasios. Y a los centros comerciales, que únicamente podrán abrir las tiendas de servicios esenciales.

Sin apoyo

Los afectados cargan contra la Junta y el Gobierno por la falta de ayudas directas

«Es un cierre encubierto y no está claro que tengamos derecho a los Erte por impedimento porque, en principio, se puede trabajar en la terraza. Se ríen de nosotros», denuncia el portavoz del sector más afectado por las limitaciones derivadas de la pandemia. Calcula que se llevará por delante «15.000 empleos directos e indirectos solo en la capital».

De momento, «el 25% —añade— no ha regresado a la actividad después del último confinamiento y si esto sigue así el 40% desaparecerá, con lo que eso significa para una ciudad como León, que depende mucho del sector servicios», señala.

Carmen Rosa Álvarez (La Tercera). RAMIRO

Para «la mayoría no va a ser rentable», subraya Martín Méndez, quien exige, «al menos», que no se cobren los tributos públicos mientras estén activas las restricciones. Carga contra los ejecutivos central y autonómico, a los que acusa de hacer propaganda a costa de la hostelería. Tampoco salva al Ayuntamiento. «Nos venden la moto», recrimina.

La misma reivindicación hace Norberto Arribas, propietario de El Besugo, en pleno Barrio Húmedo. Hoy ya no abrirá porque apenas dispone de espacio fuera para un par de mesas. «Lo peor es la incertidumbre, el no saber lo qué va a pasar», reconoce. Tiene tres trabajadores en Erte. «Dicen que somos los culpables de que haya más contagios, pero no es así. Cumplimos con todas las normas y este tipo de medidas favorece las reuniones sociales en las casas, donde sí hay más peligro», apunta. Además, critica que les avisen con tan poco margen de tiempo. «Los productos perecederos hay que tirarlos y no te los paga nadie», reprocha. Tampoco ha recibido ayudas directas.

Demasiados gastos

Durante los diez meses de pandemia, los autónomos han seguido pagando las cuotas y los impuestos

En una situación parecida está David Llamas Gómez, que regenta la Taberna Pajarín y El Nido —cerrado actualmente— en la plaza de Torres de Omaña. Hoy estará al pie del cañón, a pesar de la caída estrepitosa de clientes. «Voy a intentarlo con la terraza porque no puedo bajar los brazos. Hemos agotado los ICO y tengo que pagar la renta y las facturas. No puedo parar», explica. Cinco de sus empleados están inmersos en un Erte. Su facturación se ha desplomado «un 35% anual». La ausencia de turistas impacta de lleno sobre la cuenta de resultados.

Fidel de Dios (Gimnasio Altafit). RAMIRO

También abrirá su local, el Bar La Tercera, en San Mamés, Carmen Rosa Álvarez Díaz, quien confía en que les den alguna ayuda para amortiguar el golpe de tantos meses sin ingresos. Preparará café para llevar y pondrá dos mesas en la calle por si «hay algún valiente». Agradece a los vecinos del barrio el apoyo que le han dado durante los meses de pandemia y espera que este nuevo cierre parcial dure dos semanas.

Tampoco parará Raúl Martín Gil, propietario de Cafeteate, en la calle Julio del Campo. «Hay que seguir pagando el alquiler, la cuota de autónomos y los impuestos. Debería haber algún tipo de ayuda fiscal. Cuando empiezas a reflotar un poco, caes otra vez», lamenta.

Vanesa González (Media Markt). RAMIRO

Cree que las administraciones públicas «juegan con los sueños y el trabajo» de miles de personas que sobreviven a duras penas. «Con suerte da para cubrir costes. Luchamos para pagar recibos», matiza. Reconoce que la «salud es lo más importante», pero entiende que si se les obliga a cerrar deberían darles algún tipo de ayuda directa que mitigue las pérdidas. De momento no ha llegado nada, más allá del cese de actividad, pendiente aún de una nueva prórroga.

Igual de molestos están en los gimnasios de la ciudad. «No entendemos que nos metan en el mismo saco. El deporte es salud, sirve para fortalecer el sistema inmunológico y aquí se cumplen todas las medidas de seguridad. La gente está muy concienciada», apunta Fidel de Dios, director técnico de Altafit. Los coletazos del nuevo decreto de la Junta afectarán igualmente a los centros comerciales. «Siempre es una mala noticia para la economía local que se hable de cierres, pero hay que seguir las indicaciones de Sanidad», asume Vanesa González, responsable de atención al cliente de Media Markt, en Espacio León. Tiene una plantilla de 70 personas. «Seguiremos abiertos porque somos un servicio esencial, aunque el cierre de locales se va a notar», reconoce.

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