Comercios, bares y construcción

En el análisis de la densidad empresarial se utilizan datos del Dirce, que no contabiliza a las empresas agrarias ni a los servicios de las distintas administraciones públicas. Lo que sí revela es que el tejido productivo español sigue marcado por un peso sensiblemente mayor de las actividades relacionadas con la construcción que la del resto de los países de la zona euro, mientras la aportación de la industria es una de las más bajas del entorno. «En especial si se compara con Alemania». Por lo demás, cuatro de cada diez sociedades desarrollan su actividad en el sector servicios, un porcentaje similar al comercio, que se da como regla general en el conjunto de los países desarrollados.

Sí llama la atención la importancia del sector de la hostelería en el tejido empresarial español. «Con todas las consecuencias que ello conlleva». A pesar de los intentos de transformación del sistema productivo para no repetir los efectos de la crisis económica de los últimos años, «esto conlleva que la especialización de la economía española sigue basándose en actividades de baja intensidad en capital físico y tecnológico, tales como los servicios de distribución comercial, la hostelería y la restauración», según se destaca en el análisis.